Los hondureños podrán llamar con toda propiedad Basílica al Santuario de Suyapa.
Las autoridades eclesiales informaron ayer que El Vaticano elevó de categoría el hogar de la patrona nacional de Honduras, a Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa.
El decreto de aprobación fue entregado el pasado martes y anunciado el mediodía de ayer por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez.
Su eminencia dio lectura al decreto en el que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos concede el nuevo título al Santuario, ubicado en la aldea de Suyapa.
Con este rango, la ahora Basílica de Suyapa adquiere su autonomía y estará en sintonía directa con la Basílica de San Pedro, en Roma.
Orgullo nacional
Cabe recordar que aunque por tradición popular los ciudadanos llamaban al Santuario Basílica, este rango solo lo puede otorgar la Santa Sede de la Iglesia Católica en Roma.
Para alcanzar la elevación a Basílica, el Santuario de Suyapa pasó por un riguroso escrutinio por parte de la Santa Sede en el cual se analizó si el templo cumplía los requisitos para convertirse en el templo 1,507 del mundo en obtener este rango.
“Esto es una providencia de la Santa Sede en respuesta a la fe del pueblo hondureño; quiero, de manera especial, agradecer el trabajo del actual párroco, ahora rector de una basílica, Carlo Magno Núñez”, manifestó el cardenal Rodríguez.
Con la elevación, el Santuario de Suyapa se convierte en la tercera basílica a nivel centroamericano, mérito que solo tenían Guatemala, con el templo de Esquipulas, que cobija la venerada imagen del Cristo Negro de Esquipulas, y Costa Rica, con la Basílica Nuestra Señora de Los Ángeles.
Se preguntará ¿por qué Basílica Menor? La respuesta es que las basílicas mayores están caracterizadas porque en su altar solo puede oficiar el Papa. Por lo que solo hay cuatro y todas se ubican en Roma.
Se trata de las basílicas de San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María La Mayor.
Los requisitos
El proceso para elevar el Santuario inició el 24 de junio de este año, cuando la Conferencia Episcopal de Honduras envió la solicitud a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, acompañada de un cuestionario en que se detalla que el templo cumple con todos los requisitos.
Entre ellos se destaca que el templo sea un foco espiritual donde converge una multitud de feligreses; que posee un tesoro espiritual y sagrado que da culto a Dios, a la Virgen María y al santo venerado, en este caso a Nuestra Señora de Suyapa.
Además, se tuvo que acreditar que es un templo amplio, artístico y con un perfil muy destacado. Y finalmente que es un centro de recogimiento espiritual.
Estos requerimientos básicos los cumplió el Santuario por la multitudinaria asistencia de dos millones de peregrinos que cada año visitan el templo.
Sobre la belleza arquitectónica del templo no se puede discutir, es una obra con una longitud de 93 metros, con torres que se levantan a 43 metros, mientras la cúpula aumenta otros tres metros.
En total, 10 esculturas conforman el altar: las imágenes de San Pedro y San Pablo, los mancebos que van sentados sobre los arcos laterales, dos angelitos colocados al pie del medallón de la Virgen, los angelitos del tercer cuerpo portadores del sol y la luna, así como las figuras de la Santísima Trinidad, son solo algunos de los atractivos.
“El templo es una obra de gran valor que debemos continuar embelleciendo, es por ello que trabajamos en la instalación de 13 altares”, afirmó el rector de la Basílica, Carlomagno Núñez.
Para embellecer aún más el espacio de fe, la Fundación Suyapa trabaja en la rehabilitación del atrio, el cual fue reforzado para instalar una nueva loza.
Los cambios
El también canciller de la Arquidiócesis de Tegucigalpa desde ayer se prepara para adecuar el funcionamiento del templo a su nueva categoría.
Para empezar se deben instalar en el altar mayor dos signos de la dignidad papal y la unión con la Santa Sede: el canopeo y el tintinábulo.
El canopeo es una pieza histórica de la indumentaria papal que servía para brindar sombra al sumo pontífice. Y el tintinábulo es un marco grande y dorado, con la imagen de la virgen de Suyapa en el centro, colocada en un asta.
Este signo posee una o varias campanillas que tintinean (de ahí el nombre), y suele tocarse para llamar a la gente cuando el Papa se aproxima (si se diera el caso) o en grandes solemnidades litúrgicas.
Además se debe colocar el escudo de la Basílica, para lo cual las autoridades de la Arquidiócesis realizaron un boceto en el que aprecian los signos papales, la imagen de Santa María de Suyapa y aves nacionales.
Por otro lado, los oficios religiosos deben ser constantes, el templo deberá permanecer abierto todo el día, actos religiosos que ofrezcan reposo espiritual como la Lectio Divina -lectura doctrinal de La Biblia-, confesiones y catequesis para la feligresía.
“Vamos a preparar catequesis en toda la arquidiócesis sobre los compromisos de tener una Basílica y su significado”, anunció Núñez.