De acuerdo con el periódico guatemalteco Prensa Libre, el albergue la Casa del Migrante, ubicado en la zona 1 de Ciudad de Guatemala, reciben 250 migrantes al mes, pero en promedio solo tres muestran interés por solicitar refugio.
El medio dijo que cada día 10 migrantes llegan al lugar, pero algunos solo permanecen una noche o una semana, luego siguen su viaje a Estados Unidos.
La Casa del Migrante especificó que el 98% de las personas buscan albergarse temporalmente, mientras recuperan fuerzas para seguir con el 'sueño americano'.
'Son salvadoreños y hondureños y están solo de tránsito, sin interés en alojarse en Guatemala porque su oportunidad de desarrollo está en Estados Unidos', dijo Mauro Verzeletti, director del albergue.
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Los centroamericanos aseguran que migran por la pobreza, violencia, desempleo y los bajos salarios que reciben en sus países de origen, especialmente de Honduras y El Salvador.
Una hondureña que lleva un mes en la Casa del Migrante junto a su esposo contó que 'salimos de Honduras por amenazas y ataques de las pandillas, a mi marido casi lo matan y por poco el bebé que espero -dos meses de embarazo- se queda sin padre. Decidimos dejar Honduras por la amenaza de morir y creemos que acá en Guatemala estamos un poco más seguros y nuestras familias cerca, pero acá hay poco empleo y eso nos desmotiva”.
La pareja vive de la venta de dulces en las empobrecidas calles de Guatemala. Siempre caminan con gorras, por el fuerte sol, y un bolsón para cargar la mercancía.
“Hemos determinado que del 2% de gente que quiere quedarse en Guatemala es por violencia, nadie viene acá pensando en que saldrá de la pobreza y tendrá mejor futuro, deciden quedarse para salvar su vida y estar cerca de sus familiares cuando han sido amedrentados por las pandillas”, explicó Mauro Verzeletti.
Huyen de las pandillas y pobreza
“Tenía un restaurante en el que vendía pupusas y tacos en un barrio de El Salvador y pagaba la extorsión con comida, unos 21 platillos diarios, luego mi negocio bajó en ventas y no pude darles de comer -a los pandilleros- y entonces se vengaron matando a mi esposa e hijo en frente de mí. Luego salí huyendo y por eso estoy acá, pidiendo asilo”, relató un salvadoreño que se encontraba en el refugio y que sí opto por solicitar asilo en Guatemala.
El centroamericano no reveló su nombre por seguridad, pero aseguró que decidió no pedir asilo en México o Estados Unidos para estar atento del resto de su familia que aún vive en El Salvador, en la casa que él abandonó.
Otro migrante salvadoreño, quien se identificó como Carlos Barrera, dijo que buscó refugio en la Casa del Migrante para 'descansar y planificar'.
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“Un familiar me recomendó un coyote de Huehuetenango y debo reunirme con él, la verdad es mi sueño llegar a Estados Unidos para ayudar a mi familia por el poco trabajo, y sí hay es mal pagado. Uno debe tomar decisiones y lo hice, en cuanto a quedarme en Guatemala o México no ha sido mi plan porque son países con casi las mismas condiciones que El Salvador, entonces no veo que vaya a prosperar acá -en Guatemala', indicó.
Aún se desconocen cifras exactas de cuántos hondureños y salvadoreños han solicitado asilo en Guatemala, pero la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) estima que el número puede ser mayor o igual a 93 mil 438 casos, los mismos que recibe Estados Unidos al año, especialmente con el convenio firmado con Washington que convierte a Guatemala en un 'tercer país seguro' para los migrantes.