SANTIAGO, CHILE.- La convulsión social se mantuvo este domingo en Chile con espectáculos artísticos e intervenciones callejeras que llamaron a mantener la lucha por una sociedad menos desigual, mientras activistas mostraron preocupación por las victimas fatales y los heridos en las protestas.
A diecisiete días del inicio de la peor crisis social que vive el país desde que recuperó la democracia en 1990, la preocupación sobre la vulneración de derechos de los manifestantes se transformó en uno de los temas sobresalientes para activistas e instituciones.
'La preocupación es mundial sobre Chile por todo lo que ha pasado', dijo la guatemalteca Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992, tras reunirse con autoridades del Instituto Nacional de Derechos Humanos en Santiago.
La activista llegó en representación de organizaciones sociales de varias partes del mundo para solidarizarse con los familiares de los 20 muertos durante las protestas. Además busca conocer los detalles de las 179 denuncias interpuestas ante la justicia por el INDH por casos de maltratos, torturas y abusos sexuales sufridos por manifestantes.
'Ha caído un paradigma sobre Chile en el sentido que se suponía que este era el país mas avanzado en la región (...) y de repente se nos destapa una situación verdaderamente brutal', acotó la premio Nobel.
En el Museo de la Memoria, que rinde homenaje a los 3,200 asesinados y casi 40,000 torturados por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), un espectáculo de música clásica recordó las muertes de esta crisis social que desafía al poder político.
Pintadas, simulando heridas y con máscaras del presidente Piñera en sus manos, jóvenes bailarinas sumaron emotividad al espectáculo, observado en silencio por unas 500 personas.
En otro punto de la capital chilena, miles de ciclistas recorrieron amplias avenidas, circularon por la céntrica plaza Italia, epicentro de las protestas, y terminaron frente a la sede de gobierno, La Moneda, en apoyo a las demandas sociales.
Cientos de ciclistas remontaron desde el centro de Santiago hasta las afueras de la vivienda particular de Piñera, una zona de casas en la comuna de Las Condes, donde entonaron lemas en su contra y silbidos rodeados de algunas patrullas de la policía.
Más tarde, fue el turno de motociclistas que hicieron sentir sus motores frente a La Moneda.
Otras ciudades del país, como Viña del Mar, Valparaíso y Talca, en el la región central, también vivieron protestas.
A diecisiete días del inicio de la peor crisis social que vive el país desde que recuperó la democracia en 1990, la preocupación sobre la vulneración de derechos de los manifestantes se transformó en uno de los temas sobresalientes para activistas e instituciones.
'La preocupación es mundial sobre Chile por todo lo que ha pasado', dijo la guatemalteca Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992, tras reunirse con autoridades del Instituto Nacional de Derechos Humanos en Santiago.
La activista llegó en representación de organizaciones sociales de varias partes del mundo para solidarizarse con los familiares de los 20 muertos durante las protestas. Además busca conocer los detalles de las 179 denuncias interpuestas ante la justicia por el INDH por casos de maltratos, torturas y abusos sexuales sufridos por manifestantes.
'Ha caído un paradigma sobre Chile en el sentido que se suponía que este era el país mas avanzado en la región (...) y de repente se nos destapa una situación verdaderamente brutal', acotó la premio Nobel.
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El estallido social, que inició con estudiantes llamando a evadir el metro de Santiago en reclamo al aumento de tarifas, sumó violentas protestas, saqueos y cuestionadas intervenciones de las fuerzas de seguridad. En la primera semana del conflicto, militares patrullaron las calles junto a la policía amparados en un 'estado de emergencia' decretado por el mandatario derechista Sebastián Piñera.
El instituto mostró el sábado particular preocupación por 157 casos de lesiones oculares, ocurridas durante las manifestaciones. Pero su director, Sergio Micco, descartó que en el país haya violación sistemática a los derechos humanos.
Las denuncias sobre abusos llevaron a la Alta Comisionada de Naciones Unidos para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, a enviar una misión de expertos a verificar dichas acusaciones.
Protesta con arte y deporte
Sin la dimensión que alcanzaron las manifestaciones durante la primera y segunda semanas, las expresiones artísticas y deportivas ganaron las calles este domingo.En el Museo de la Memoria, que rinde homenaje a los 3,200 asesinados y casi 40,000 torturados por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), un espectáculo de música clásica recordó las muertes de esta crisis social que desafía al poder político.
Pintadas, simulando heridas y con máscaras del presidente Piñera en sus manos, jóvenes bailarinas sumaron emotividad al espectáculo, observado en silencio por unas 500 personas.
En otro punto de la capital chilena, miles de ciclistas recorrieron amplias avenidas, circularon por la céntrica plaza Italia, epicentro de las protestas, y terminaron frente a la sede de gobierno, La Moneda, en apoyo a las demandas sociales.
Cientos de ciclistas remontaron desde el centro de Santiago hasta las afueras de la vivienda particular de Piñera, una zona de casas en la comuna de Las Condes, donde entonaron lemas en su contra y silbidos rodeados de algunas patrullas de la policía.
Más tarde, fue el turno de motociclistas que hicieron sentir sus motores frente a La Moneda.
Otras ciudades del país, como Viña del Mar, Valparaíso y Talca, en el la región central, también vivieron protestas.
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