El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) pidió este martes actuar en materia de empleo, inclusión y seguridad frente a los desplazamientos de personas en América Central, donde las solicitudes de asilo van en aumento, según afirmó su representante regional, José Samaniego.
En una conferencia en la Casa de América en Madrid, Samaniego informó de 'un aumento significativo de solicitudes de asilo procedentes del triángulo norte de América Central', es decir Guatemala, Honduras y El Salvador, los más castigados por la violencia y la pobreza.
El año pasado hubo 55,000 solicitudes de asilo, y en los ocho primeros meses de 2016 van ya por 50,000, según datos de ACNUR. Concretamente se observó un aumento de pedidos en México, Costa Rica, Belize, Panamá y Nicaragua, detalló Samaniego.
El funcionario destacó que en Centroamérica hay 108,000 solicitantes de asilo pendientes de que la administración resuelva su caso.
Samaniego valoró que se esté reconociendo el estatuto de refugiados a un 56% de los demandantes. Pero destacó que la respuesta debe afrontar, además de la seguridad y la atención humanitaria, la situación económica, pues 'hay problemas de seguridad y desarrollo que van a seguir provocando la movilidad de personas'.
El funcionario advirtió contra la tentación de cerrar fronteras, ya que esto provoca la búsqueda de 'rutas cada vez más complicadas, que se cobran cada vez más vidas humanas'.
En ese sentido, puso como ejemplo el programa CAM de acogida de menores salvadoreños, hondureños y guatemaltecos en Estados Unidos, siempre y cuando demuestren tener un padre con residencia legal en ese país. Dicho programa existe desde diciembre de 2014.
Igualmente citó el mecanismo de protección de refugiados vigente en Costa Rica, para 'casos graves presentados a ACNUR' de personas que esperan ir a Estados Unidos.
Samaniego, representante de ACNUR para América Central, Cuba y México, añadió que a menudo la gente se ve obligada a dejar su hogar por tres razones simultáneas: pobreza, parientes en el extranjero y violencia en el país de origen.
'Muchas veces una misma persona puede tener las tres dinámicas: un pariente que vive en Estados Unidos, una pérdida de empleo, y un asesinato en la familia, y por eso decide salir', explicó.
Del lado de la violencia, las maras centroamericanas tienen una responsabilidad particular, pues se les acusa de reclutamiento forzoso de menores, agresiones sexuales, secuestros y un 65% de los 150.000 homicidios cometidos en Guatemala, El Salvador y Honduras en la última década.
Samaniego estimó que en la región hay entre 32.000 y 60.000 pandilleros, y unas 600.000 personas asociadas directa o indirectamente a estos grupos criminales que controlan barrios y también zonas rurales.
Según datos de ACNUR, las Américas concentran un 12% de los 65 millones de desplazados, refugiados y solicitantes de asilo que hay en todo el mundo.