El sábado se celebraron más de 20 manifestaciones distintas en la capital alemana, la mayoría pacificas. Sin embargo, una marcha izquierdista de 8,000 personas por los vecindarios de Neukoelln y Kreuzberg, que ha protagonizado altercados frecuentes en las últimas décadas, derivó en violencia.
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Los manifestantes lanzaron botellas y piedras a los agentes y quemaron contenedores de basura y palés de madera en las calles.
“No tenemos cifras definitivas, pero dados los más de 50 compañeros heridos y más de 250 detenciones de los que tenemos noticia, está claro que estamos muy lejos de un Primero de Mayo pacífico”, dijo a la agencia alemana de noticias dpa Stephen Kelm, subdirector en Berlín del sindicato policial.
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Kelm condenó los lanzamientos de botellas y piedras y la quema de barricadas en las calles, afirmó que “Estos son signos claros de que no es una cuestión de expresión política, sino que se abusó del derecho de asamblea para cometer crímenes graves”.
La mayor parte de Alemania sigue bajo toque de queda nocturno debido a los altos contagios de coronavirus. Pero las protestas políticas y los actos religiosos están exentos del toque de queda.
