La presidenta brasileña Dilma Rousseff enfrentará al socialdemócrata Aecio Neves en un balotaje entre los dos partidos que se han repartido el poder en los últimos 20 años, según resultados oficiales con más del 80% de los votos escrutados.
La ecologista Marina Silva, del Partido Socialista, que se convirtió inesperadamente en presidenciable hace apenas un mes y medio y llegó a superar netamente a sus dos rivales, quedó tercera con 21%, según el Tribunal Superior Electoral (TSE), con 82% de los votos escrutados.
Rousseff obtiene 40.37% de los votos y Neves 35%, indicó el TSE.
En sus 12 años en el poder, el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) de Rousseff y su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva logró que 40 millones de pobres ingresaran en la clase media, tornando a la primera mujer presidenta de Brasil en la gran favorita de estos comicios.
Pero millones de brasileños también reclaman un cambio, tras cuatro años de magro crecimiento en la séptima economía mundial -el mercado espera un PIB de apenas 0,3% este año-, elevada inflación (6,5%) y escándalos de corrupción vinculados al PT.
En un segundo turno, Rousseff ganaría a Neves por 48% a 42%, según Datafolha, y por 45% contra 37% según Ibope.
¿Un cambio?
Acostada en la famosa playa de Copacabana de Rio de Janeiro, leyendo en la arena, Barbara Souza, de 37 años, cuenta que votó 'por un cambio'.
'Este gobierno no me gusta nada. Iba a votar a Marina, pero al final voté por Aecio solo por las encuestas [que lo dan ganador], para que tenga más chances de vencer a Dilma', explicó.
Más de un millón de brasileños, sobre todo jóvenes de clase media, salieron a las calles en junio de 2013 a reclamar mejores servicios públicos y un freno a la corrupción política.
Marina Silva intentó encarnar este cambio prometiendo una 'nueva política' cuando se convirtió en presidenciable tras la muerte del candidato oficial del PSB en un accidente aéreo.
Pero en los últimos días Neves, del poderoso Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) la había relegado al tercer lugar en estas elecciones que se convirtieron en un 'thriller' político.
Rodeado por simpatizantes que gritaban su nombre, el popular expresidente Lula votó en Sao Bernardo do Campo (Sao Paulo), cuna del PT, y apostó por un segundo turno entre Rousseff y Neves.
El PT y el PSDB 'son dos fuerzas políticas muy fuertes. Una candidatura no se enfrenta de la nada. Hay que tener equipo para entrar a la cancha', dijo Lula, criticando así a Silva, su exministra de Medio Ambiente, disidente del PT.
'Voto por el PT, por todo lo que hicieron por mí y por Brasil, mejoraron mi vida', dijo Eliana Veracruz, funcionaria de un hospital de 60 años, mientras esperaba la llegada de Lula a la oficina de votación.
A votar en canoa
Además de presidente, los 142,8 millones de brasileños convocados a las urnas debían escoger este domingo a la totalidad de la Cámara de Diputados (513) y a un tercio del Senado (27), así como a 27 gobernadores y 1.059 diputados estatales.
Un total de 1.209 personas fueron detenidas por irregularidades, principalmente por hacer propaganda electoral pero también por compra de votos, informó la justicia electoral, que elogió la 'tranquilidad' de los comicios, los cuartos mayores del mundo detrás de India, Estados Unidos e Indonesia.
Las elecciones son consideradas las más informatizadas del mundo, gracias a su sistema de urnas electrónicas 'Made in Brazil'.
En plena Amazonia, el gobierno colocó incluso urnas electrónicas flotantes, hasta las que el pescador Antonio Lopes da Silva, de 33 años, llegó en canoa, remando, y en las que se identificó con su huella digital.
'Trabajé toda la madrugada, pescando, pero quiero votar rápido. Quiero hacer valer mi derecho de mejorar nuestro país (...) Siempre cambiamos de político pero el país no mejora', dijo a la AFP este pescador en el Lago do Catalao, en la ciudad de Iranduba, cerca de Manaus, sin revelar su voto.