A través de las cámaras de vigilancia, los agentes de policía rastrearon al agresor de 17 años hasta un aula de educación física en la escuela secundaria Ridgway de Santa Rosa, al norte de San Francisco, después de una búsqueda de menos de dos horas. Arrestaron al sospechoso por intento de homicidio.
Las autoridades aún buscan el arma que utilizó el agresor, la cual puso en una mochila y entregó a alguien en un vehículo, señaló el capitán de policía John Cregan. Posteriormente, el joven ingresó al aula más cercana, siguiendo el protocolo de cierre de emergencia escolar.
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El agresor “actuaba de forma normal” y el maestro y otros estudiantes no estaban al tanto de que él era el responsable de los hechos de violencia, dijo Cregan.
“Es perturbador ver que pudo volver como si nada a su rutina habitual”, dijo Cregan a The Associated Press. “Es una situación aterradora”.
La policía aún no sabe si la persona que recibió la mochila sabía que había una pistola en su interior.
De acuerdo a las autoridades, los dos estudiantes tuvieron una discusión antes del ataque y creen que fue un acto de violencia aislada. La víctima, un joven de 16 años, se encuentra en condición estable después de recibir dos disparos en la parte superior del cuerpo durante el altercado que ocurrió en la acera poco antes del inicio del segundo periodo.
Testigos narraron a la policía que el agresor disparó tres o cuatro veces antes de escapar, señalaron las autoridades.
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La víctima cayó y posteriormente se levantó y corrió hacia un vehículo, en el cual fue trasladado a un hospital, declaró Cregan. En la zona había decenas de estudiantes al momento del incidente.
Las autoridades señalaron inicialmente que el agresor tenía un cómplice, pero Cregan dijo que la persona fue liberada una vez que la policía determinó que solo era un transeúnte. Los detectives trabajan para averiguar si el tiroteo está relacionado con actividad de pandillas, añadió.
Padres de familia describieron el pánico de recibir mensajes de texto de sus hijos sin saber si estaban o no a salvo. Una madre, Cherie Posluszny, dijo que su hija de 17 le escribió poco antes de las 9:40 de la mañana.
“Le dispararon a alguien”, escribió en el primer mensaje. Un minuto después, le escribió: “Te amo”.
“Hay alguien en Ridgway”, se lee en el mensaje posterior. Entonces, el teléfono de su hija dejó de funcionar. Encontró el número de una amiga y su madre le preguntó si estaba bien.
“No del todo. Pero voy a estar bien”, respondió su hija. La joven le contó a su madre que pasó horas tendida en el suelo ocultándose detrás de un escritorio junto a otros estudiantes.