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Clinton tras triunfo electoral para proclamar su candidatura presidencial en EEUU

La exsecretaria de Estado, de 68 años, alcanzó el número mágico de 2,383 delegados necesarios para la investidura

07.06.2016

Washington, Estados Unidos
Hillary Clinton, virtual candidata demócrata a las presidenciales estadounidenses, busca asestar este martes un golpe de gracia a su rival Bernie Sanders en elecciones primarias en seis estados, mientras crece la necesidad de unir las filas partidarias para enfrentar al republicano Donald Trump.

Los primeros centros de votación en abrir sus puertas fueron los de Nueva Jersy a las 06H00 locales (10H00 GMT), unas cuatro horas antes que lo hagan en California, el estado más poblado del país.

Clinton cruzó el lunes el umbral de delegados necesario para obtener la investidura demócrata a la Casa Blanca, y en un hecho sin precedentes en dos siglos de la historia de Estados Unidos, una mujer competirá en comicios por la presidencia con el respaldo de uno de los dos grandes partidos.

La exsecretaria de Estado, de 68 años, alcanzó el número mágico de 2.383 delegados necesarios para la investidura, incluyendo los delegados obtenidos en las primarias y los superdelegados, funcionarios elegidos y otras figuras del partido que son libres de decidir su voto durante la convención, según medios locales.

Las cadenas NBC, ABC y CBS declararon a Clinton vencedora de las primarias, aunque la investidura no será oficial hasta la votación durante la convención demócrata, del 25 al 28 de julio, en Filadelfia.

La exprimera dama obtuvo importantes respaldos el domingo, cuando ganó en los territorios de Islas Vírgenes y Puerto Rico, y su cuenta de delegados subió a 2.373, según CNN. Unos superdelegados que declararon por primera vez su apoyo a la exprimera dama le habrían dado el empujón definitivo a la nominación, indicaron los medios.

Pero la candidata no cantó victoria, temiendo una desmovilización de sus seguidores en las seis primarias del martes: Nueva Jersey, Nuevo México, Montana, Dakota del Norte y del Sur, y California, el estado más poblado del país y donde Sanders espera lograr una victoria simbólica.

Clinton dijo a seguidores en Long Beach, cerca de Los Angeles, que 'según las noticias, estamos al borde de un momento histórico, sin precedentes'.

'Pero tenemos trabajo por hacer, ¿verdad? Tenemos seis elecciones mañana (martes) y vamos a luchar duro por cada voto, especialmente aquí en California', añadió.

Clinton armó un ajetreado esfuerzo de 48 horas en California, con la idea de cerrar con broche de oro la primaria y sepultar cualquier argumento de Sanders de seguir en la carrera, como el senador por Vermont ha prometido hasta la convención demócrata.

Sanders resiste

Con las posibilidades matemáticas de obtener la nominación reducidas a cero, Sanders, el septuagenario 'demócrata socialista' que contra todo pronóstico construyó una conexión emocional con los jóvenes y la clase trabajadora, no tira la toalla.

El senador marcha detrás de Clinton, a 800 delegados de distancia y también pierde la votación popular por más de tres millones de votos, según el portal RealClearPolitics.com.

Pero la campaña de Sanders catalogó la victoria de Clinton anunciada por los medios como una 'conclusión apresurada'.

La conducta de Sanders está en el centro de la preocupación del partido, a medida que se avecina una cerrada competición con Trump.

El presidente Barack Obama se acercó este lunes a la posibilidad de dar un apoyo formal a Clinton -su secretaria de Estado durante su primer mandato-, al sugerir que las próximas 48 horas serán cruciales.

Clinton deberá pronunciar un discurso esta noche en su feudo de Nueva York, donde se espera un llamado a dejar las agrias disputas internas y unificar el partido para vencer a Trump el 8 de noviembre.

'Debemos estar unidos camino a la convención para atacar a Donald Trump y repudiar su tipo de campaña' porque 'hay mucho en juego', dijo Clinton, expresando su esperanza de que Sanders 'me acompañe'.

Pero el senador por Vermont multiplica los actos de desafío. Denuncia todo cálculo que incluya a los superdelegados, a los que afirma poder convencer de cambiar de lealtad antes de la cita en Filadelfia. Más de 500 de los 700 superdelegados se han unido a Clinton.