SAN JOSÉ, COSTA RICA. -La vicepresidenta y canciller costarricense,
Epsy Campbell, planteó este viernes la necesidad de elaborar una estrategia de seguridad para controlar la frontera norte, en momentos en que el país recibe un flujo constante de nicaragüenses que huyen de la crisis en su país.
'Con esta estrategia buscamos regularizar la entrada de personas al territorio nacional por medio de los puestos oficiales de control fronterizo, para que todos los flujos migratorios sean ordenados y seguros', explicó Campbell en la localidad norteña de Manzano de Upala, v ecino de Nicaragua.
La diplomática consideró que ello permitiría 'garantizar la seguridad nacional, proteger los derechos humanos y evitar la trata de personas y el tráfico de migrantes'.
Nicaragua vive una crisis política desde el 18 de abril pasado, cuando una fallida reforma al sistema de pensiones se transformó en un masivo reclamo para que el presidente Daniel Ortega deje el poder, tras la violencia que ejerció contra los manifestantes.
La represión dejó más de 3 20 muertos y 2.000 heridos, según grupos humanitarios.
Además de la entrada de nicaragüenses afectados por la crisis política en su país, la zona fronteriza es punto de tránsito de personas de otras naciones que buscan llegar a Estados Unidos.
La canciller Campbell inició el jueves un recorrido por la zona norte acompañada de autoridades de migración, salud y la policía fronteriza.
'Quienes huyen de la violencia o de la persecución son particularmente vulnerables a ser víctimas de trata (de personas). La desesperación puede llevar a familias enteras a tomar decisiones migratorias sumamente peligrosas, por lo que es necesario elaborar una estrategia para combatir la delincuencia organizada transnacional', agregó la canciller.
El presidente Carlos Alvarado se reunió en agosto pasado con alcaldes de municipios afectados por el paso de migrantes.
En esa ocasión, presentó un plan de atención a los flujos migratorios, con un aumento en el número de policías fronterizos, y de personal para atender a los que ingresan al país.
'Con esta estrategia buscamos regularizar la entrada de personas al territorio nacional por medio de los puestos oficiales de control fronterizo, para que todos los flujos migratorios sean ordenados y seguros', explicó Campbell en la localidad norteña de Manzano de Upala, v ecino de Nicaragua.
La diplomática consideró que ello permitiría 'garantizar la seguridad nacional, proteger los derechos humanos y evitar la trata de personas y el tráfico de migrantes'.
Nicaragua vive una crisis política desde el 18 de abril pasado, cuando una fallida reforma al sistema de pensiones se transformó en un masivo reclamo para que el presidente Daniel Ortega deje el poder, tras la violencia que ejerció contra los manifestantes.
La represión dejó más de 3 20 muertos y 2.000 heridos, según grupos humanitarios.
Además de la entrada de nicaragüenses afectados por la crisis política en su país, la zona fronteriza es punto de tránsito de personas de otras naciones que buscan llegar a Estados Unidos.
La canciller Campbell inició el jueves un recorrido por la zona norte acompañada de autoridades de migración, salud y la policía fronteriza.
'Quienes huyen de la violencia o de la persecución son particularmente vulnerables a ser víctimas de trata (de personas). La desesperación puede llevar a familias enteras a tomar decisiones migratorias sumamente peligrosas, por lo que es necesario elaborar una estrategia para combatir la delincuencia organizada transnacional', agregó la canciller.
El presidente Carlos Alvarado se reunió en agosto pasado con alcaldes de municipios afectados por el paso de migrantes.
En esa ocasión, presentó un plan de atención a los flujos migratorios, con un aumento en el número de policías fronterizos, y de personal para atender a los que ingresan al país.
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