CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO.- El
Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano recuperó de enero a mayo de 2020 los cuerpos de 17 migrantes ahogados al intentar cruzar el
Río Bravo para internarse en
Estados Unidos.
Según explicó el INM en un comunicado el domingo, cuatro de los cadáveres localizados por el Grupo Beta —el cuerpo de rescate del Instituto— correspondían a mexicanos, dos eran guatemaltecos y uno hondureño, mientras que los diez restantes no portaban ninguna identificación. Todos eran adultos y entre ellos solo había una mujer.
Nueve de esas personas se ahogaron en la frontera de Coahuila y ocho más en la franja correspondiente a Tamaulipas, ambas limítrofes con Texas.
En todo el años 2019, los cuerpos de rescate del INM ubicaron 29 cuerpos a lo largo del Río Bravo y la mayoría (20) también se ahogaron en el estado de Coahuila.
Dos de ellos, el de un salvadoreño y su hija de poco menos de 2 años, fueron los protagonistas de una dramática fotografía que dio la vuelta al mundo el verano de 2019. Ver a ambos boca abajo y abrazados en la orilla del Río Bravo en Matamoros, al este de la frontera, conmocionó y recordó los peligros de lanzarse al río con la intención de llegar a Estados Unidos.
Según explicó el INM en un comunicado el domingo, cuatro de los cadáveres localizados por el Grupo Beta —el cuerpo de rescate del Instituto— correspondían a mexicanos, dos eran guatemaltecos y uno hondureño, mientras que los diez restantes no portaban ninguna identificación. Todos eran adultos y entre ellos solo había una mujer.
Nueve de esas personas se ahogaron en la frontera de Coahuila y ocho más en la franja correspondiente a Tamaulipas, ambas limítrofes con Texas.
En todo el años 2019, los cuerpos de rescate del INM ubicaron 29 cuerpos a lo largo del Río Bravo y la mayoría (20) también se ahogaron en el estado de Coahuila.
Dos de ellos, el de un salvadoreño y su hija de poco menos de 2 años, fueron los protagonistas de una dramática fotografía que dio la vuelta al mundo el verano de 2019. Ver a ambos boca abajo y abrazados en la orilla del Río Bravo en Matamoros, al este de la frontera, conmocionó y recordó los peligros de lanzarse al río con la intención de llegar a Estados Unidos.