Estados Unidos
Cientos de familiares de víctimas, sobrevivientes y rescatistas acudieron el lunes al World Trade Center para recordar en una ceremonia personal y solemne los 16 años de los ataques terroristas más letales en suelo estadounidense, que dejaron unos 3,000 muertos.
Entre ellos estaba Rob Fazio, quien cada año acude al lugar en Nueva York donde falleció su padre Ronald Carl Fazio. 'Vendré cada año por el resto de mi vida', dijo Fazio. 'Es de donde saco fuerza'.
Unas mil personas estaban reunidas cuando comenzó la ceremonia con un momento de silencio, mientras de fondo se escuchaba el tañer de campanas. Fue entonces cuando comenzó la lectura de nombres de las personas que murieron cuando aviones secuestrados por terroristas se impactaron en los dos rascacielos del antiguo World Trade Center, el Pentágono y un campo en Pensilvania, lanzando a Estados Unidos hacia una nueva conciencia de amenaza terrorista global.
Algunos no pueden creer que ya pasaron 16 años de la tragedia. 'Se siente como si hubiera sido ayer', dijo Corina La Touche, al recordar a su padre Jeffrey La Touche.
Para otros fue un momento para agradecer a los socorristas y militares, así como para manifestar su preocupación por los afectados por el huracán Irma.
'Nuestro país se unió ese día y no importaba de qué color eras o de dónde venías', dijo entre lágrimas Magaly Lemagne, hermana de David Lemagne, un policía que falleció en el ataque. Ella pidió a la gente 'que se detenga un momento y recuerde a todas las personas que ese día dieron su vida'.
En estos 16 años, los tranquilos homenajes se han convertido en un rito: la lectura de nombres de todos los fallecidos, minutos de silencio, tañidos de campanas y dos potentes haces de luz que iluminan la noche recordando el lugar donde estuvieron las torres gemelas.
Sin embargo, cada ceremonia tiene su toque personal. Con el paso de los años, algunos de los encargados de recitar los nombres han incorporado mensajes que van de lo universal ('Las cosas que creemos que nos separan realmente no lo hacen, todos somos parte de esta Tierra') a lo personal ('Te quiero y te extraño. ¡Vamos Packers!').
'Gracias Nueva York por seguir honrando a las víctimas del 11-S y por el privilegio de leer sus nombres', agregó Judy Bram Murphy el año pasado, en recuerdo de su esposo Brian Joseph Murphy.
Donald Trump, natural de Nueva York, encabezó en el Pentágono su primer aniversario de los atentados como presidente y participó en un minuto de silencio a la hora en que se estrelló el primer avión. Estuvo acompañado por la primera dama Melania Trump.
Allí, el secretario de Defensa Jim Mattis y el general Joseph Dunford, jefe del Estado Mayor Conjunto, celebraron un encuentro privado con las familias de los fallecidos. Tras la lectura de los nombres de las víctimas, hubo un acto público con una ofrenda floral y declaraciones.
El vicepresidente Mike Pence y el secretario de Interior, Ryan Zinke, planeaban dar un mensaje en el monumento Flight 93 National Memorial cerca de Shanksville. El monumento está en el campo donde se estrelló uno de los aviones después de que los pasajeros y la tripulación arrebataron el control de avión a los secuestradores, que lo llevaban hacia Washington DC.
Cientos de familiares de víctimas, sobrevivientes y rescatistas acudieron el lunes al World Trade Center para recordar en una ceremonia personal y solemne los 16 años de los ataques terroristas más letales en suelo estadounidense, que dejaron unos 3,000 muertos.
Entre ellos estaba Rob Fazio, quien cada año acude al lugar en Nueva York donde falleció su padre Ronald Carl Fazio. 'Vendré cada año por el resto de mi vida', dijo Fazio. 'Es de donde saco fuerza'.
Unas mil personas estaban reunidas cuando comenzó la ceremonia con un momento de silencio, mientras de fondo se escuchaba el tañer de campanas. Fue entonces cuando comenzó la lectura de nombres de las personas que murieron cuando aviones secuestrados por terroristas se impactaron en los dos rascacielos del antiguo World Trade Center, el Pentágono y un campo en Pensilvania, lanzando a Estados Unidos hacia una nueva conciencia de amenaza terrorista global.
Algunos no pueden creer que ya pasaron 16 años de la tragedia. 'Se siente como si hubiera sido ayer', dijo Corina La Touche, al recordar a su padre Jeffrey La Touche.
Para otros fue un momento para agradecer a los socorristas y militares, así como para manifestar su preocupación por los afectados por el huracán Irma.
'Nuestro país se unió ese día y no importaba de qué color eras o de dónde venías', dijo entre lágrimas Magaly Lemagne, hermana de David Lemagne, un policía que falleció en el ataque. Ella pidió a la gente 'que se detenga un momento y recuerde a todas las personas que ese día dieron su vida'.
En estos 16 años, los tranquilos homenajes se han convertido en un rito: la lectura de nombres de todos los fallecidos, minutos de silencio, tañidos de campanas y dos potentes haces de luz que iluminan la noche recordando el lugar donde estuvieron las torres gemelas.
Sin embargo, cada ceremonia tiene su toque personal. Con el paso de los años, algunos de los encargados de recitar los nombres han incorporado mensajes que van de lo universal ('Las cosas que creemos que nos separan realmente no lo hacen, todos somos parte de esta Tierra') a lo personal ('Te quiero y te extraño. ¡Vamos Packers!').
'Gracias Nueva York por seguir honrando a las víctimas del 11-S y por el privilegio de leer sus nombres', agregó Judy Bram Murphy el año pasado, en recuerdo de su esposo Brian Joseph Murphy.
Donald Trump, natural de Nueva York, encabezó en el Pentágono su primer aniversario de los atentados como presidente y participó en un minuto de silencio a la hora en que se estrelló el primer avión. Estuvo acompañado por la primera dama Melania Trump.
Allí, el secretario de Defensa Jim Mattis y el general Joseph Dunford, jefe del Estado Mayor Conjunto, celebraron un encuentro privado con las familias de los fallecidos. Tras la lectura de los nombres de las víctimas, hubo un acto público con una ofrenda floral y declaraciones.
El vicepresidente Mike Pence y el secretario de Interior, Ryan Zinke, planeaban dar un mensaje en el monumento Flight 93 National Memorial cerca de Shanksville. El monumento está en el campo donde se estrelló uno de los aviones después de que los pasajeros y la tripulación arrebataron el control de avión a los secuestradores, que lo llevaban hacia Washington DC.
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