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El Papa envía mensaje humanitario a migrantes en su visita en Ciudad Juárez  

Poco antes de una misa en Ciudad Juárez, el pontífice se había propuesto recorrer a pie la reja que corre a lo largo del río Bravo

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17.02.2016

Ciudad Juárez, México
Líderes religiosos y defensores de los migrantes en Estados Unidos dijeron que al reconocer el papa Francisco el sufrimiento de los inmigrantes, estará enviando un mensaje humanitario.

Poco antes de una misa en Ciudad Juárez, México, el pontífice se había propuesto recorrer a pie la reja que corre a lo largo del río que divide a los dos países. Ahí, ofrecer una oración para los migrantes que viven del otro lado y para aquellos que murieron tratando de llegar a Estados Unidos.

Un grupo de casi 500 personas, incluyendo migrantes y refugiados, esparan del lado estadounidense.

Con esta misa el papa Francisco cierra el miércoles su viaje a México con sus actos más esperados: la visita en una prisión de Ciudad Juárez, apenas días después de que un motín en otro penal matara a 49 presos y una parada en la frontera de Texas, en un momento en el que la inmigración es un tema clave en la campaña presidencial estadounidenses.

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Los últimos actos de Francisco cierran una atareada visita de cinco días que se centró en las injusticias que afrontan los más pobres, oprimidos y vulnerables en México ante la violencia instigada por las drogas. El pontífice intentó ofrecer consuelo al tiempo que reclamaba a los líderes políticos y religiosos que no han cumplido con su pueblo.

El papa insiste en ir a prisiones en casi todos sus viajes al extranjero, algo que forma parte de su antigua costumbre de atender a los presos, en su creencia de que lo más bajo de la sociedad merece dignidad.

Francisco ha criticado el abuso de la detención pendiente de juicio, descrito las cadenas perpetuas como una pena de muerte encubierta e instado a un abandono global de la pena capital. Como papa ha mantenido el contacto con presos argentinos a los que atendió como arzobispo de Buenos Aires.

En sus encuentros en penales, Francisco suele pedir a los reos que no pierdan la esperanza y les dice que también él ha pecado y sido perdonado. El papa critica la sobrepoblación de las prisiones, el lento avance de la justicia y la falta de rehabilitación.

Pero también dice a los presos que no dejen que su sufrimiento lleve a la violencia, un mensaje que podría repetir tras el mortal motón de la semana pasada en la prisión de Topo Chico, en Monterrey, donde bandas rivales se enfrentaron con martillos, garrotes y cuchillos improvisados. Otros ocho presos resultaron heridos el martes en una pelea en otra prisión.

El papa insiste en ir a prisiones en casi todos sus viajes al extranjero, algo que forma parte de su antigua costumbre de atender a los presos.

Los internos del cereso 3 escuchan papa.

La prisión número 3 de Ciudad Juárez, donde Francisco habló a los internos y visitó a sus familiares, estaba relativamente tranquila estos días. Pero ha registrado choques violentos en el pasado que reflejan el caos que hay fuera de sus muros.

Tras visitar el penal, Francisco se reunió con trabajadores y grupos activistas en un estadio deportivo, donde habló sobre la pobreza y la desigualdad.

La cercanía de Juárez a Estados Unidos ha supuesto una proliferación de empleos en cientos de plantas de ensamblaje de propiedad extranjera, conocidas como 'maquiladoras' y que fabrican ropa, productos electrónicos y otros objetos que se envían al norte. Pero muchos trabajadores dicen que las condiciones de trabajo son malas y el sueldo bajo.

En una manifestación reciente, los manifestantes dijeron tener problemas para llegar a fin de mes con salarios de apenas 45 dólares semanales.

Su visita culmina con esta misa multitudinaria al aire libre que se retransmite en varias pantallas gigantes al otro lado del río Bravo (conocido como río Grande en Estados Unidos) en el Sun Bowl Stadium, donde las autoridades estadounidenses esperaban un público de al menos 30,000 personas.

La migración es un tema importante para Francisco. En el pasado ha pedido que los países den la bienvenida a los que huyen de la pobreza y la opresión, y ha criticado lo que describe como 'globalización de la indiferencia' hacia los migrantes.

Un grupo de fieles de casi 500 personas, se reúne en la frontera incluyendo migrantes y refugiados, esparan del lado estadounidense.

Los fieles agolpándose a ambos lados de la frontera.

Es un mensaje que no ha entusiasmado a algunos en Estados Unidos, donde las detenciones de familias y menores sin acompañante en la frontera se dispararon en los últimos tres meses de 2015.

El reverendo Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, dijo que al papa le preocupa la situación de los migrantes en todo el mundo, no sólo en Estados Unidos.

'El papa habla siempre en todo el mundo de los problemas de las migraciones, de los deberes que tenemos por intentar solucionar estos problemas en un modo humano, de acogida de los que vienen de otros países en busca de vida, de dignidad y de paz', afirmó el vocero.