El Salvador ya trabaja con el fin de buscar una solución permanente para los miles de salvadoreños radicados en Estados Unidos amparados bajo el estatus migratorio conocido como TPS, dijo el sábado el presidente Salvador Sánchez Cerén.
El gobierno estadounidense retiró el TPS (siglas en inglés de estatus de protección temporal) para los nicaragüenses y aplazó por seis meses su dictamen sobre el de los hondureños. Aún no hay una resolución para el de los salvadoreños, la cual podría darse a conocer en enero de 2018.
En caso de que sea desfavorable para los nacidos en El Salvador, no se implementaría de inmediato. De todas formas, como medida preventiva, el gobierno en San Salvador iniciará una serie de gestiones ante el Congreso, el gobierno federal y los gobiernos locales estadounidenses para abogar por una opción que les permita a los salvadoreños seguir viviendo y trabajando en ese país.
Sánchez Cerén confirmó durante una actividad pública que en los próximos días viajará a Estados Unidos una comitiva de diputados de la Asamblea Legislativa, la cual será encabezada por el canciller Hugo Martínez, con el fin de sostener encuentros con congresistas para analizar la posibilidad de una solución permanente.
El mandatario aseguró que su gobierno tiene un plan específico para ayudar a sus compatriotas en Estados Unidos. Dijo que han contratado abogados y han formalizado alianzas con organizaciones que defienden los derechos de los migrantes para que asesoren a los salvadoreños amparados al TPS y también “vayan buscando (que les otorguen) su ciudadanía” estadounidense.
Agregó que, ante una eventual suspensión del TPS, también se trabaja en un programa de asistencia a quienes no llenen los requisitos para aspirar a un estatus migratorio estable y deban retornar a El Salvador.
“Muchos de ellos tienen sus ahorros en los Estados Unidos y van a querer invertir en El Salvador. Entonces queremos buscar proyectos que los liberen de pagar impuestos por esas inversiones y que además tengan incentivos fiscales”, señaló.
Después de la destrucción causada por el huracán Mitch en 1999 y los terremotos de enero y febrero de 2001 en El Salvador, más de 260.000 salvadoreños fueron beneficiados con el TPS. Con el tiempo algunos mejoraron su estatus migratorio y otros perdieron este beneficio. En la actualidad solo 190.000 tienen este estatus de protección temporal que vence en marzo de 2018.
Mientras esto ocurre la preocupación de la población en El Salvador aumenta y muchos piensan que la situación podría complicarse en el campo económico y laboral.
“Tenemos muchos problemas, tenemos la violencia de las pandillas, no hay muchos trabajos; esto se va a complicar más”, dijo a The Asociated Press Juan Escamilla, un hombre de 45 años que dijo estar desempleado.
Pero también están preocupados los que reciben remesas familiares.
“Yo tengo a mis hijos en Estados Unidos, ellos me mandan dinero todos los meses y vivo de eso”, manifestó Joel Torres, de 65 años.
Las remesas familiares procedentes de Estados Unidos son fundamentales para la economía de este pequeño país centroamericano. Durante 2016 los salvadoreños que viven en el país norteamericano enviaron 4.576 millones de dólares a El Salvador con una tasa de crecimiento de 7,6%, un incremento de 306 millones con relación al monto total de remesas percibido en 2015. La cantidad de remesas recibidas en 2016 equivale al 17,1% del producto interno bruto estimado para ese año.