SAN SALVADOR, EL SALVADOR.- La iglesia católica de El Salvador pidió este domingo trabajar para resolver el problema de la violencia delictiva, una de las razones que llevan a una emigración masiva, principalmente a
Estados Unidos.
'Trabajemos todos para que, primero Dios, nuestro país pueda en un futuro próximo resolver sus problemas de violencia y de injusticia social para que no se vean más salvadoreños obligados a migrar', señaló la Iglesia en un comunicado leído por el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, al término de la misa dominical en la catedral capitalina.
Escobar recordó, en rueda de prensa tras la misa, que 'el tema de la violencia' es uno de los que 'más preocupa a la población'.
Estimaciones oficiales y de organizaciones que trabajan en favor de los derechos de los migrantes indican que diariamente al menos unos 200 salvadoreños abandonan el país en busca de llegar principalmente a Estados Unidos.
A mediados de junio el gobierno del presidente Nayib Bukele inició un plan de seguridad para contener las extorsiones de las pandillas, consideradas por las autoridades como las principales causantes de la violencia criminal.
El Salvador se mantiene como uno de los países sin guerra más violentos del mundo con un promedio de 51 homicidios por cada 100,000 habitantes en 2018, en su mayoría atribuidos a las pandillas, que cuentan con unos 70,000 miembros.
Recientemente un padre y su hija salvadoreños murieron ahogados cuando intentaban cruzar a nado el Río Bravo, en la frontera entre México y Estados Unidos.
'Ya no puede haber más migración forzada, es inconcebible, es inhumano', sostuvo Escobar.
'Los migrantes son personas buenas, son personas honestas que no se van a delinquir, salen porque quieren superar su situación de pobreza y a donde lleguen van a hacer el bien', concluyó.
'Trabajemos todos para que, primero Dios, nuestro país pueda en un futuro próximo resolver sus problemas de violencia y de injusticia social para que no se vean más salvadoreños obligados a migrar', señaló la Iglesia en un comunicado leído por el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, al término de la misa dominical en la catedral capitalina.
Escobar recordó, en rueda de prensa tras la misa, que 'el tema de la violencia' es uno de los que 'más preocupa a la población'.
Estimaciones oficiales y de organizaciones que trabajan en favor de los derechos de los migrantes indican que diariamente al menos unos 200 salvadoreños abandonan el país en busca de llegar principalmente a Estados Unidos.
A mediados de junio el gobierno del presidente Nayib Bukele inició un plan de seguridad para contener las extorsiones de las pandillas, consideradas por las autoridades como las principales causantes de la violencia criminal.
El Salvador se mantiene como uno de los países sin guerra más violentos del mundo con un promedio de 51 homicidios por cada 100,000 habitantes en 2018, en su mayoría atribuidos a las pandillas, que cuentan con unos 70,000 miembros.
Recientemente un padre y su hija salvadoreños murieron ahogados cuando intentaban cruzar a nado el Río Bravo, en la frontera entre México y Estados Unidos.
'Ya no puede haber más migración forzada, es inconcebible, es inhumano', sostuvo Escobar.
'Los migrantes son personas buenas, son personas honestas que no se van a delinquir, salen porque quieren superar su situación de pobreza y a donde lleguen van a hacer el bien', concluyó.