CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS. -Más de una docena de equipos forenses buscaban restos humanos en el escenario de un incendio que causó al menos
42 muertos en el norte de California, el más letal en la historia del estado, mientras los angustiados familiares visitaban albergues y llamaban a la policía con la esperanza de encontrar a sus seres queridos con vida.
Lisa Jordan manejó 1,000 kilómetros (600 millas) desde Yakima, en Washington, para buscar a su tío, Nick Clark, y a su esposa Anne en Paradise, California. Anne Clark padece esclerosis múltiple y no puede caminar. Nadie sabe si pudieron marcharse a tiempo o si su casa sigue siquiera en pie, explicó.
'Mantengo la esperanza”, dijo Jordan. 'Hasta que llega la última palabra, sigues luchando contra ella”.
El jefe de la policía del condado de Butte, Kory Honea, actualizó la cifra oficial de decesos el lunes en la noche. Se espera que el número de víctimas mortales suba luego el incendio que arrasó la semana pasada Paradise, una localidad de 27,000 habitantes a unos 290 kilómetros (180 millas) al noreste de San Francisco.
Las autoridades llevaron dos morgues móviles a la zona y solicitaron 150 efectivos de búsqueda y rescate, pero desconocen el número exacto de desaparecidos.
'Quiero recuperar la mayor cantidad posible de restos tan pronto como podamos, porque sé lo que les supone a sus seres queridos”, apuntó Honea.
Capellanes acompañaron a algunos equipos de búsqueda forense que visitaron docenas de direcciones pertenecientes a personas reportadas como desaparecidas. Para los componentes del sombrío operativo, que no haya autos en la entrada de las viviendas es una buena señal, la presencia de uno es algo más inquietante y varios coches calcinados son una llamada de vigilancia extra.
Las autoridades estatales apuntaron que la causa del infierno que se desató en Paradise estaba bajo investigación.
Por otra parte, Betsy Ann Cowley, propietaria de un terreno próximo al lugar donde se declaró el incendio, recibió un correo electrónico de la empresa Pacific Gas & Electric Co. el día antes del fuego en el que le avisaban que equipos de mantenimiento necesitaban ingresar a su propiedad porque las líneas eléctricas de la compañía arrojaban chispas. PG&E no hizo comentarios sobre el email.
Este incendio formó parte de una oleada de fuegos registrada en el norte y el sur de California. En conjunto, las llamas causaron 44 muertos, incluyendo dos en Malibú, una ciudad del sur plagada de celebridades donde los bomberos parecían estar ganando terreno a un frente que arrasó 370 kilómetros cuadrados (143 millas cuadradas) y devoró al menos 370 estructuras.
En total, más de 8.000 bomberos luchaban contra unos fuegos que destrozaron más de 7,000 estructuras y quemaron más de 840 kilómetros cuadrados (325 millas cuadradas) en el estado. Las llamas se alimentaron de la maleza seca y avanzaron gracias a los fuertes vientos.
Los 42 fallecidos del norte de California batieron el record de decesos en un único incendio, el de Griffith Park, en Los Ángeles, en 1933. El pasado otoño, una serie de fuegos en el condado vinícola del norte del estado dejaron más de 44 muertos y destrozaron más de 5.000 viviendas.
Lisa Jordan manejó 1,000 kilómetros (600 millas) desde Yakima, en Washington, para buscar a su tío, Nick Clark, y a su esposa Anne en Paradise, California. Anne Clark padece esclerosis múltiple y no puede caminar. Nadie sabe si pudieron marcharse a tiempo o si su casa sigue siquiera en pie, explicó.
'Mantengo la esperanza”, dijo Jordan. 'Hasta que llega la última palabra, sigues luchando contra ella”.
El jefe de la policía del condado de Butte, Kory Honea, actualizó la cifra oficial de decesos el lunes en la noche. Se espera que el número de víctimas mortales suba luego el incendio que arrasó la semana pasada Paradise, una localidad de 27,000 habitantes a unos 290 kilómetros (180 millas) al noreste de San Francisco.
Las autoridades llevaron dos morgues móviles a la zona y solicitaron 150 efectivos de búsqueda y rescate, pero desconocen el número exacto de desaparecidos.
'Quiero recuperar la mayor cantidad posible de restos tan pronto como podamos, porque sé lo que les supone a sus seres queridos”, apuntó Honea.
Capellanes acompañaron a algunos equipos de búsqueda forense que visitaron docenas de direcciones pertenecientes a personas reportadas como desaparecidas. Para los componentes del sombrío operativo, que no haya autos en la entrada de las viviendas es una buena señal, la presencia de uno es algo más inquietante y varios coches calcinados son una llamada de vigilancia extra.
Las autoridades estatales apuntaron que la causa del infierno que se desató en Paradise estaba bajo investigación.
Por otra parte, Betsy Ann Cowley, propietaria de un terreno próximo al lugar donde se declaró el incendio, recibió un correo electrónico de la empresa Pacific Gas & Electric Co. el día antes del fuego en el que le avisaban que equipos de mantenimiento necesitaban ingresar a su propiedad porque las líneas eléctricas de la compañía arrojaban chispas. PG&E no hizo comentarios sobre el email.
Este incendio formó parte de una oleada de fuegos registrada en el norte y el sur de California. En conjunto, las llamas causaron 44 muertos, incluyendo dos en Malibú, una ciudad del sur plagada de celebridades donde los bomberos parecían estar ganando terreno a un frente que arrasó 370 kilómetros cuadrados (143 millas cuadradas) y devoró al menos 370 estructuras.
En total, más de 8.000 bomberos luchaban contra unos fuegos que destrozaron más de 7,000 estructuras y quemaron más de 840 kilómetros cuadrados (325 millas cuadradas) en el estado. Las llamas se alimentaron de la maleza seca y avanzaron gracias a los fuertes vientos.
Los 42 fallecidos del norte de California batieron el record de decesos en un único incendio, el de Griffith Park, en Los Ángeles, en 1933. El pasado otoño, una serie de fuegos en el condado vinícola del norte del estado dejaron más de 44 muertos y destrozaron más de 5.000 viviendas.