“Voy a detener un vehículo”, afirmó un agente por la radio. “Estoy justo detrás de ti”, dijo otro mientras prendía la luz y le ordenaban al conductor que se detuviera en el estacionamiento de una licorería.
Según resultó, el hombre al que le pidieron orillarse no era el que buscaban, pero también estaba ilegalmente en el país, por lo que fue detenido.
El arresto hecho la semana pasada en San Diego ilustra cómo la promesa del presidente Donald Trump de deportar a millones de inmigrantes que están en Estados Unidos sin permiso sería sumamente impráctica de llevar a cabo, incluso imposible. Para el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), detener a la gente es una tarea que requiere tiempo, mucho trabajo y no siempre es exitosa.
Con frecuencia, para arrestar a un solo inmigrante es necesario vigilarlo durante días.
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A la vez, el ICE tiene un presupuesto limitado y poco espacio para detener a la gente. Y más y más agencias policiales, en especial las de las grandes ciudades, están negándose a apoyar a la agencia dentro del creciente movimiento “santuario”, lo cual hace que arrestar a los inmigrantes sea aún más lento.
El gobierno de Trump había anunciado que iniciaría una redada el domingo en 10 ciudades para detener a las familias que se encuentran ilegalmente en el país y que se les ha ordenado que se vayan. El mandatario afirmó el lunes que el operativo comenzó exitosamente, a pesar de que no hubo indicios de una operación en gran escala en esas ciudades.
En el reciente operativo en San Diego, los agentes efectuaron 20 arrestos en cinco días. Portaban chalecos blindados con las siglas del ICE y utilizaron varias camionetas sin letreros, y le ordenaban de inmediato a los detenidos apagar sus teléfonos para que sus familiares y amigos no pudieran rastrear sus movimientos.
Gregory Archambeault, director de operaciones de campo del ICE en San Diego, dijo que vigilar a las personas que se desea detener puede ser como ver cómo crece el césped.
“Hoy ocurrió con bastante rapidez, pero otras veces puede llevarse varias horas. Tenemos que regresar en días distintos”, afirmó Archambeault en el estacionamiento de una estación de autobuses y trenes donde había inmigrantes aguardando en un autobús a ser procesados.
Aproximadamente 11 millones de personas están en Estados Unidos ilegalmente, incluidas 525,000 que enfrentan órdenes de deportación y son consideradas prófugas. Dichos prófugos incluyen a 2,000 personas que llegaron recientemente como familias y son blancos del operativo que se preveía comenzaría el domingo.
Las operaciones del ICE que se enfocan en las personas que han sido declaradas culpables de delitos en Estados Unidos derivan en el arresto de aproximadamente el 30% de los individuos buscados, más una cifra desconocida de personas que no eran buscadas, a las que se llama “colaterales”, que también son detenidas, señalaron funcionarios de la agencia.
Sus operaciones contra familias han sido menos exitosas, con la captura de sólo aproximadamente el 10% de los blancos, dijo Matthew Albence, director interino del ICE.