CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO.- Un testigo de la explosión de un oleoducto perforado clandestinamente en
Hidalgo, México, relató el sábado que los civiles ignoraron las advertencias de los soldados para mantenerse alejados de un géiser de gasolina que luego explotó, matando al menos a 67 personas.
“Somos necios”, dijo Gerardo Pérez Gutiérrez, quien el sábado regresó al campo chamuscado donde una enorme bola de fuego estalló en una toma clandestina de combustible.
Pérez intentaba ver si podía reconocer algún cuerpo, pero solo unos cuantos aún tenían piel. Decenas de cadáveres fueron quemados hasta la médula.
El testigo dice que él y su hijo también ignoraron a los soldados el viernes. Pero a medida que se acercaba al chorro de combustible, se sintió abrumado por un presentimiento.
'Vámonos. Esto va a explotar', recuerda haberle dicho a su hijo. Los dos corrieron sin mirar atrás.
El secretario de Defensa de México, Luis Cresencio, dijo que 25 militares llegaron a la escena el viernes antes de que una gigantesca bola de fuego estallara en un ducto perforado ilegalmente.
El sábado en conferencia de prensa, el funcionario indicó que al menos 600 civiles llegaron al ducto para llevarse parte del combustible que salía disparado a chorros de unos 6 metros (20 pies) de alto.
Agregó que se advirtió a los lugareños que se mantuvieran alejados, pero los soldados no intervinieron porque estaban superados en número.
Cresencio dijo que hay 50 soldados apostados cada 20 kilómetros (12 millas) a lo largo del ducto que vigilan 24 horas del día.
Pero indicó que a los soldados tienen órdenes de no involucrarse con ladrones de combustible por temor a que una escalada pueda dar como resultado civiles heridos por disparos o soldados golpeados por una multitud.
“No queremos una confrontación de esa naturaleza”, agregó.
Empresa petrolera
El director general de la empresa estatal petrolera de México, Octavio Romero, informó el sábado que ha habido al menos 10 perforaciones clandestinas de oleoductos en los últimos 90 días cerca del sitio en el centro de México donde ocurrió una explosión el viernes.
El funcionario de Pemex indicó que una de esas tomas fue la que provocó un incendio que tardó 12 horas en extinguirse el 18 de diciembre.
Romero también dijo que el oleoducto que explotó el viernes en Tlahuelilpan, estado de Hidalgo, fue perforado a 13 kilómetros (8 millas) de la refinería de Tula.
Detalló que aproximadamente 10,000 barriles de gasolina premium se precipitaron hacia el punto de ruptura con 20 kilogramos de presión.
Romero agregó que el ducto es “muy importante para la distribución de los combustibles en el país”. Indicó que dicha tubería estaba suspendida desde el 23 de diciembre.
La reacción de AMLO
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador informó que la Procuraduría General de la República investigará la perforación ilegal de un gasoducto cuya explosión causó la muerte de al menos 67 personas y decenas de heridos.
En una conferencia de prensa a primera hora de la mañana, el mandatario dijo que la procuraduría iniciará una investigación para determinar si la explosión fue intencional -causada por un individuo o por un grupo- o si la bola de fuego se produjo debido al riesgo inherente de la extracción clandestina de combustible.
López Obrador hizo un llamado a la gente de la ciudad para que diera testimonio no solo de lo sucedido el viernes en Hidalgo, sino de toda la cadena del mercado negro, incluyendo quién perfora las tuberías, quién informa a los locales sobre la recolección de gasolina y cómo se utiliza para uso personal o venta.
“Confío en la gente y sé que con estas lecciones dolorosas, la gente va a también a alejarse de estas prácticas”, agregó AMLO.