WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- Funcionarios de emergencias entregaron el lunes cargamentos de alimentos y agua en Wilmington, una ciudad con una población de 120,000 personas que quedó aislada del resto de Carolina del Norte por las inundaciones causadas por el
huracán Florence, mientras que los helicópteros y barcos rescataban a la gente de sus casas anegadas por la crecida de los ríos.
La mortal tormenta seguía arrojando grandes cantidades de agua y tenía vientos máximos sostenidos de alrededor de 50 kilómetros por hora (30 millas por hora) el lunes.
Los meteorólogos prevén que Florence aumentará su velocidad de avance y complete un giro hacia el noreste, donde se han registrado hasta 15 centímetros (6 pulgadas) de lluvia.
Los temores sobre inundaciones aumentaron en Virginia Occidental y en Virginia, donde las carreteras fueron cerradas y había más apagones. Cerca de 500,000 viviendas y negocios no tenían electricidad.
En algunos lugares, dejó de llover a medida que Florence se movía y volvió a salir el sol. Sin embargo, el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, exhortó a los residentes que fueron evacuados de las zonas más afectadas a mantenerse lejos de ahí debido a los caminos cerrados y a las inundaciones.
VEA: Perú avanza a choque de poderes tras amenaza
“Están pasando muchas cosas”, comentó en una conferencia de prensa.
La cifra oficial de muertes incrementó a 19 luego de que las autoridades encontraron dos cuerpos. Primero hallaron a un niño de 1 año que fue arrasado por las aguas cuando su madre se metió en una inundación y perdió el control sobre el pequeño mientras trataba de regresar a tierra firme.
La segunda persona era un hombre de 88 años que falleció después de que su vehículo terminó arrastrado por las aguas.
Florence seguía siendo enorme, pese a haberse debilitado a depresión tropical. Los radares muestran que el sistema se extiende sobre seis estados, con las Carolinas bajo el ojo.
Los funcionarios de emergencias de Carolina del Norte tuitearon que 23 cargamentos de alimentos y agua embotellada fueron entregados durante la noche en Wilmington, la octava ciudad más grande del estado.
VEA: China tomará represalias si EEUU impone más aranceles
En la ciudad había señalamientos de “Carretera Cerrada” en los caminos que se inundaron. Muchas calles que no estaban llenas de agua estaban bloqueadas por madera caída. En los vecindarios más azotados se percibía el olor de los pinos desquebrajados.
Los residentes esperaron horas afuera de tiendas y restaurantes para conseguir agua y otros productos básicos. La policía resguardó la puerta de una tienda y solo se permitía la entrada de 10 personas a la vez.
A unos 115 kilómetros (70 millas) de distancia de la costa, los residentes que viven cerca del río Lumber salieron de sus casas y se subieron a botes que flotan sobre sus patios.
Los pronósticos muestran que escenas como esas podrían repetirse en localidades que estén 400 kilómetros (250 millas) tierra adentro a medida que los niveles del agua crecen.
Los temores de que pueda ser la peor inundación en la historia del estado provocaron que los funcionarios ordenaran la evacuación de decenas de miles de personas, aunque no estaba claro cuántos huyeron o iban a poder hacerlo.
La mortal tormenta seguía arrojando grandes cantidades de agua y tenía vientos máximos sostenidos de alrededor de 50 kilómetros por hora (30 millas por hora) el lunes.
Los meteorólogos prevén que Florence aumentará su velocidad de avance y complete un giro hacia el noreste, donde se han registrado hasta 15 centímetros (6 pulgadas) de lluvia.
Los temores sobre inundaciones aumentaron en Virginia Occidental y en Virginia, donde las carreteras fueron cerradas y había más apagones. Cerca de 500,000 viviendas y negocios no tenían electricidad.
En algunos lugares, dejó de llover a medida que Florence se movía y volvió a salir el sol. Sin embargo, el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, exhortó a los residentes que fueron evacuados de las zonas más afectadas a mantenerse lejos de ahí debido a los caminos cerrados y a las inundaciones.
VEA: Perú avanza a choque de poderes tras amenaza
“Están pasando muchas cosas”, comentó en una conferencia de prensa.
La cifra oficial de muertes incrementó a 19 luego de que las autoridades encontraron dos cuerpos. Primero hallaron a un niño de 1 año que fue arrasado por las aguas cuando su madre se metió en una inundación y perdió el control sobre el pequeño mientras trataba de regresar a tierra firme.
La segunda persona era un hombre de 88 años que falleció después de que su vehículo terminó arrastrado por las aguas.
Florence seguía siendo enorme, pese a haberse debilitado a depresión tropical. Los radares muestran que el sistema se extiende sobre seis estados, con las Carolinas bajo el ojo.
Los funcionarios de emergencias de Carolina del Norte tuitearon que 23 cargamentos de alimentos y agua embotellada fueron entregados durante la noche en Wilmington, la octava ciudad más grande del estado.
VEA: China tomará represalias si EEUU impone más aranceles
En la ciudad había señalamientos de “Carretera Cerrada” en los caminos que se inundaron. Muchas calles que no estaban llenas de agua estaban bloqueadas por madera caída. En los vecindarios más azotados se percibía el olor de los pinos desquebrajados.
Los residentes esperaron horas afuera de tiendas y restaurantes para conseguir agua y otros productos básicos. La policía resguardó la puerta de una tienda y solo se permitía la entrada de 10 personas a la vez.
A unos 115 kilómetros (70 millas) de distancia de la costa, los residentes que viven cerca del río Lumber salieron de sus casas y se subieron a botes que flotan sobre sus patios.
Los pronósticos muestran que escenas como esas podrían repetirse en localidades que estén 400 kilómetros (250 millas) tierra adentro a medida que los niveles del agua crecen.
Los temores de que pueda ser la peor inundación en la historia del estado provocaron que los funcionarios ordenaran la evacuación de decenas de miles de personas, aunque no estaba claro cuántos huyeron o iban a poder hacerlo.