WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS. -Kevin McCarthy sobrevivió a una batalla en enero para convertirse en presidente de la Cámara de Representantes al sofocar una revuelta derechista en su partido Republicano y ahora negocia con los demócratas que quieren evitar que en cuestión de días Estados Unidos incumpla el pago de sus deudas.
Este legislador californiano de 58 años, que lleva nueve mandatos en el Congreso, está inmerso en un tenso enfrentamiento con el presidente demócrata Joe Biden sobre el aumento del tope de la deuda.
McCarthy quedó en el centro de la escena mientras los legisladores republicanos y la Casa Blanca negocian para evitar un inédito impago de la deuda estadounidense a partir del 1 de junio que sería catastrófico para la mayor economía mundial.
Ambos partidos buscan un acuerdo para elevar o suspender el límite de endeudamiento del gobierno estadounidense, conocido como “techo” de deuda, con el fin de cubrir los existentes compromisos federales de gastos.
Hasta ahora los republicanos se niegan a aumentar el endeudamiento a menos que los demócratas recorten gastos y bajen la carga de la deuda que supera los 31 billones de dólares.
Para McCarthy, esta negociación es como andar en la cuerda floja. Debe aplacar a la intransigente derecha de su Partido Demócrata y, a la vez, evitar una posible crisis económica.
Tiene experiencia en negociaciones arduas. Para la codiciada presidencia de la Cámara, en enero, tras 15 rondas de votaciones, McCarthy debió hacer concesiones a unos 20 republicanos de extrema derecha, lo que, según algunos analistas, podría tornar ingobernable la legislatura.
Entre sus concesiones se cuenta permitir que apenas un solo miembro convoque una votación para elegir a un nuevo presidente de la Cámara de Representantes, donde los republicanos obtuvieron una ajustada mayoría en las elecciones de mitad de mandato del pasado noviembre.
Un zurcidor
El presidente de la Cámara de Representantes tiene elevada influencia: es el segundo en la línea de sucesión presidencial después del vicepresidente
McCarthy, que representa al distrito conservador de Bakersfield, en la liberal California, ha estado en política la mayor parte de su vida adulta, como legislador estatal y estadounidense en Washington.
Hijo de un bombero y nieto de un criador de ganado, creció en un hogar de clase media.
Padre de dos hijos, aun vive con su esposa en la misma casa que compraron al casarse.
Electo por primera vez al Congreso en 2006, no tiene otro logro legislativo importante ni tampoco presidió una comisión de la Cámara, a diferencia de los tres últimos presidentes.
Pero este canoso e impecablemente vestido legislador, es un consumado zurcidor y admirado por su prolífica recaudación de fondos. Es reconocido también por su capacidad de satisfacer demandas cuando puede y dar tranquilidad cuando no puede.
McCarthy y Donald Trump, que ya se postuló nuevamente a la Casa Blanca, tenían una relación bastante cordial hasta que partidarios del expresidente asaltaron el 6 de enero de 2021 el Capitolio.
McCarthy reprendió a Trump por el ataque, pero días después fue el primer republicano de alto rango en dirigirse a Florida a visitarlo.
Se le reprocha falta de sinceridad.
En un ejemplo de ello, el diario The New York Times reportó que informó a sus colegas que le aconsejaría a Trump presentar renuncia por su papel en el asalto al Capitolio. McCarthy negó haber hecho esos comentarios hasta que periodistas del diario divulgaron una grabación.