SAO PAULO, BRASIL
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue absuelto este jueves en uno de sus seis procesos pendientes, adicionales al de corrupción y lavado de dinero por el que purga desde abril 12 años y un mes de cárcel.
La decisión emitida por un juez de Brasilia libra al exmandatario de izquierda, de 72 años, de culpa y cargo en un caso de presunta obstrucción a la justicia.
Lula había sido acusado en 2016 de haber intentado comprar el silencio del exdirector de la estatal Petrobras Nestor Cerveró, quien había suscrito un acuerdo de colaboración premiada con la justicia en el marco de la megaoperación anticorrupción Lava Jato.
El fallo del juez federal Ricardo Leite destaca la falta de pruebas suficientes para sustentar la denuncia, basada en esencia en testimonios de los delatores.
'Hay numerosas posibilidades y circunstancias sobre lo que realmente ocurrió', afirma Leite en su sentencia.
La defensa alegaba que Lula 'jamás interfirió o intentó interferir en testimonios relativos a la Lava Jato'.
El expresidente (2003-2010) se declara inocente de todas las acusaciones que pesan en su contra y las considera una 'conspiración' que busca alejarlo de su tentativa de volver al poder en las elecciones de octubre.
Preso en la sede de la Policía Federal de Curitiba (sur), Lula continúa liderando las encuestas de opinión con 30% de intenciones de voto, aunque la legislación electoral debería invalidar su candidatura.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) responde a otras acusaciones de corrupción pasiva, lavado de dinero, tráfico de influencia y organización para delinquir en cinco casos que están en las manos de tribunales de Brasilia y Paraná (cuya capital es Curitiba).
Lula está encarcelado como beneficiario de un apartamento en el litoral paulista, otorgado por una constructora a cambio de su apoyo en negociaciones con Petrobras. Ese fallo fue confirmado por un tribunal de segunda instancia (que agravó la sentencia), pero sus abogados trabaron una batalla legal para que pueda aguardar en libertad el resultado de los recursos presentados ante los máximos tribunales del país.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue absuelto este jueves en uno de sus seis procesos pendientes, adicionales al de corrupción y lavado de dinero por el que purga desde abril 12 años y un mes de cárcel.
La decisión emitida por un juez de Brasilia libra al exmandatario de izquierda, de 72 años, de culpa y cargo en un caso de presunta obstrucción a la justicia.
Lula había sido acusado en 2016 de haber intentado comprar el silencio del exdirector de la estatal Petrobras Nestor Cerveró, quien había suscrito un acuerdo de colaboración premiada con la justicia en el marco de la megaoperación anticorrupción Lava Jato.
El fallo del juez federal Ricardo Leite destaca la falta de pruebas suficientes para sustentar la denuncia, basada en esencia en testimonios de los delatores.
'Hay numerosas posibilidades y circunstancias sobre lo que realmente ocurrió', afirma Leite en su sentencia.
La defensa alegaba que Lula 'jamás interfirió o intentó interferir en testimonios relativos a la Lava Jato'.
El expresidente (2003-2010) se declara inocente de todas las acusaciones que pesan en su contra y las considera una 'conspiración' que busca alejarlo de su tentativa de volver al poder en las elecciones de octubre.
Preso en la sede de la Policía Federal de Curitiba (sur), Lula continúa liderando las encuestas de opinión con 30% de intenciones de voto, aunque la legislación electoral debería invalidar su candidatura.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) responde a otras acusaciones de corrupción pasiva, lavado de dinero, tráfico de influencia y organización para delinquir en cinco casos que están en las manos de tribunales de Brasilia y Paraná (cuya capital es Curitiba).
Lula está encarcelado como beneficiario de un apartamento en el litoral paulista, otorgado por una constructora a cambio de su apoyo en negociaciones con Petrobras. Ese fallo fue confirmado por un tribunal de segunda instancia (que agravó la sentencia), pero sus abogados trabaron una batalla legal para que pueda aguardar en libertad el resultado de los recursos presentados ante los máximos tribunales del país.