Washington, Estados Unidos
Los legisladores que regresen a Washington la semana próxima encontrarán un embrollo ya familiar sobre el proyecto de ley de gastos médicos y un plazo a vencer para aprobar el nuevo presupuesto, el cual se hace más dramático ante la perspectiva de una prolongada disputa entre los demócratas y e l presidente Donald Trump por el muro fronterizo que desea erigir.
Los aliados republicanos del mandatario controlan el Congreso, pero no han logrado enviarle ni un solo proyecto de ley importante cuando falta una semana para que Trump cumpla la marca simbólica de los 100 días como presidente el 29 de abril, la misma fecha en la que, en el peor de los escenarios, el gobierno podría parar actividades por falta de un presupuesto.
Sintiéndose presionado por generar resultados, el mandatario quiere resucitar una conflictiva iniciativa de los republicanos sobre seguros de gastos médicos en la Cámara de Representantes para revocar y sustituir la Ley de Salud Asequible promovida por el presidente Barack Obama.
Trump también pretende aprovechar su iniciativa presupuestaria de un billón de dólares para cumplir sus compromisos de construir un muro en la frontera con México, reforzar el Pentágono con recursos multimillonarios y quizá efectuar redadas en aquellas ciudades que rehúsen cooperar con las autoridades migratorias federales.
El Congreso enfrenta la fecha límite de la medianoche del viernes para evitar la paralización del gobierno. Sin embargo, las negociaciones sobre la iniciativa presupuestaria no han marchado bien e incluyen numerosos asuntos pendientes del año pasado como las asignaciones para casi todas las agencias federales.
El panorama pinta para la a probación de financiamiento temporal por una o dos semanas a fin de impedir la paralización del gobierno y ganar tiempo a fin de que prosigan las conversaciones.
Las negociaciones han tenido tropiezos debido a las diferencias en torno a la construcción del muro fronterizo y los subsidios de la ley de salud que sirven para que las personas de bajos recursos puedan pagar un seguro de salud.
Los aliados de Trump en el Capitolio han atemperado las expectativas de que el presidente ganará bastante en las conversaciones sobre el presupuesto. El apoyo de los demócratas será necesario para lograr la aprobación de la iniciativa presupuestaria y los republicanos temen que les caiga la culpa en caso de una paralización del gobierno cuando tienen el control del Congreso.
'Nosotros tenemos la fuerza y ellos la exposición al riesgo', dijo la líder de la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de California, ante legisladores correligionarios en una teleconferencia el jueves, según un colaborador demócrata de alto rango.
Pelosi desea que la iniciativa presupuestaria incluya asistencia al gobierno de Puerto Rico, que carece de recursos, para que cumpla sus obligaciones con el programa Medicaid. Los demócratas exigen además la canalización de recursos para el combate al hambruna en el extranjero, el tratamiento para la adición a opioides y la ampliación de los beneficios de salud a 22.000 mineros del carbón jubilados y sus familias en los Apalaches.
Los legisladores que regresen a Washington la semana próxima encontrarán un embrollo ya familiar sobre el proyecto de ley de gastos médicos y un plazo a vencer para aprobar el nuevo presupuesto, el cual se hace más dramático ante la perspectiva de una prolongada disputa entre los demócratas y e l presidente Donald Trump por el muro fronterizo que desea erigir.
Los aliados republicanos del mandatario controlan el Congreso, pero no han logrado enviarle ni un solo proyecto de ley importante cuando falta una semana para que Trump cumpla la marca simbólica de los 100 días como presidente el 29 de abril, la misma fecha en la que, en el peor de los escenarios, el gobierno podría parar actividades por falta de un presupuesto.
Sintiéndose presionado por generar resultados, el mandatario quiere resucitar una conflictiva iniciativa de los republicanos sobre seguros de gastos médicos en la Cámara de Representantes para revocar y sustituir la Ley de Salud Asequible promovida por el presidente Barack Obama.
Trump también pretende aprovechar su iniciativa presupuestaria de un billón de dólares para cumplir sus compromisos de construir un muro en la frontera con México, reforzar el Pentágono con recursos multimillonarios y quizá efectuar redadas en aquellas ciudades que rehúsen cooperar con las autoridades migratorias federales.
El Congreso enfrenta la fecha límite de la medianoche del viernes para evitar la paralización del gobierno. Sin embargo, las negociaciones sobre la iniciativa presupuestaria no han marchado bien e incluyen numerosos asuntos pendientes del año pasado como las asignaciones para casi todas las agencias federales.
El panorama pinta para la a probación de financiamiento temporal por una o dos semanas a fin de impedir la paralización del gobierno y ganar tiempo a fin de que prosigan las conversaciones.
Las negociaciones han tenido tropiezos debido a las diferencias en torno a la construcción del muro fronterizo y los subsidios de la ley de salud que sirven para que las personas de bajos recursos puedan pagar un seguro de salud.
Los aliados de Trump en el Capitolio han atemperado las expectativas de que el presidente ganará bastante en las conversaciones sobre el presupuesto. El apoyo de los demócratas será necesario para lograr la aprobación de la iniciativa presupuestaria y los republicanos temen que les caiga la culpa en caso de una paralización del gobierno cuando tienen el control del Congreso.
'Nosotros tenemos la fuerza y ellos la exposición al riesgo', dijo la líder de la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de California, ante legisladores correligionarios en una teleconferencia el jueves, según un colaborador demócrata de alto rango.
Pelosi desea que la iniciativa presupuestaria incluya asistencia al gobierno de Puerto Rico, que carece de recursos, para que cumpla sus obligaciones con el programa Medicaid. Los demócratas exigen además la canalización de recursos para el combate al hambruna en el extranjero, el tratamiento para la adición a opioides y la ampliación de los beneficios de salud a 22.000 mineros del carbón jubilados y sus familias en los Apalaches.