Rusia acusó directamente el miércoles al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y a su familia de estar implicados en tráfico de petróleo con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), aumentando la tensión entre ambos países.
Más de una semana después de que Turquía derribara un avión militar ruso en la frontera siria, el viceministro ruso de Defensa, Anatoli Antonov, dijo que 'el principal consumidor de este petróleo robado a sus legítimos propietarios, Siria e Irak, resulta ser Turquía'.
'Según informaciones obtenidas, la clase política dirigente, incluido el presidente Erdogan y su familia, está implicada en este comercio ilegal', agregó Antonov.
'El cinismo del gobierno turco no tiene límites', prosiguió el viceministro, añadiendo que Rusia 'ya ha advertido en varias ocasiones del peligro de flirtear con el terrorismo'.
'¿No se preguntan por qué el hijo del presidente turco es el dirigente de una de las principales compañías energéticas y su yerno fue nombrado ministro de Energía? ¡Qué empresa familiar tan maravillosa!' , comentó Antonov, en alusión al reciente nombramiento de Berat Albayark al frente de esa cartera.
Es la primera vez que Moscú denuncia directamente a Erdogan y a su familia, tras la salva de acusaciones contra Ankara desde que la aviación turca derribó el 24 de noviembre un avión militar ruso en la frontera siria.
Erdogan niega cubrir el tráfico de petróleo organizado por el grupo Estado Islámico, tachando la acusación de 'mentiras y calumnias'.
Rusia intensificó sus bombardeos contra las instalaciones petroleras del grupo EI en Siria, donde lleva a cabo una campaña aérea desde el 30 de septiembre para apoyar al régimen de Bashar al Asad.
Gracias a esos bombardeos, Rusia logró reducir a la mitad la cifra anual de negocios de las actividades petroleras del EI, hasta 1.500 millones de dólares, dijo Antonov.
El presidente ruso Vladimir Putin ya había afirmado 'que la decisión de derribar nuestro avión fue dictada por la voluntad de proteger (...) vías de paso del petróleo hacia el territorio turco, precisamente hacia los puertos donde es cargado en buques cisterna'.
Para el mandatario, 'ese petróleo, producido en zonas controladas por el EI y otras organizaciones terroristas, es encaminado masivamente, de manera industrial, hacia Turquía' y genera 'miles de millones de dólares' de ganancia.
- Primer encuentro previsto -
No obstante, poco antes de las nuevas acusaciones de Antonov, el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, había anunciado, también el miércoles, que se reuniría esta semana al margen de la reunión de la OSCE en Belgrado con su homólogo turco, Mevlüt Cavusoglu, por primera vez desde el derribo del avión ruso.
'La parte turca insiste en organizar una reunión cara a cara con el ministro de Relaciones Exteriores', declaró Lavrov en rueda de prensa en Nicosia. 'Escucharemos lo que tenga que decirnos Cavusoglu', agregó.
La reunión de la OSCE tendrá lugar el jueves y el viernes en Belgrado, la capital de Serbia.
En la noche del martes, después de que Putin se negara a entrevistarse con él, Erdogan había afirmado que Turquía había optado por 'un acercamiento comedido frente a las reacciones emocionales de Rusia'.
El jefe del Estado turco aseguró en particular que no planeaba expulsar a ciudadanos rusos residentes en su país. 'No sería digno de Turquía', insistió.
Moscú decidió restablecer los visados para los turcos a partir del 1 de enero y pidió a sus ciudadanos no viajar a Turquía.
Erdogan denunció también las sanciones económicas adoptadas por Rusia y afirmó estar dispuesto a prescindir del gas ruso, su principal fuente de energía. 'No hemos vivido siempre con el gas natural. Este pueblo está acostumbrado a las privaciones', declaró.