Cientos de manifestantes que se oponen a una nueva y estricta ley en contra de las “ciudades santuario”, realizaron el lunes una ruidosa protesta desde la galería pública en el Congreso de Texas, lo que interrumpió brevemente la sesión y provocó que los legisladores en el pleno se enfrentaran — e incluso amenazaran con usar armas — en un contexto de división en torno a las políticas migratorias.
Los manifestantes vestidos con camisetas rojas con la palabra “Lucha” ocuparon en silencio varios asientos de la galería mientras iniciaban los procedimientos. Después de unos 40 minutos, comenzaron a aplaudir, acallando a los legisladores que se encontraban en el piso inferior. También sonaron silbatos y gritaron: “¡Aquí para quedarnos!” y “Hey, hey, ho, ho, la SB4 debe irse”, refiriéndose a la ley que promulgó el gobernador Greg Abbott este mes.
Algunos ondearon pancartas con la leyenda: “¡Nos vemos en la corte!” y “Nos vemos en las urnas”.
Los líderes en el Congreso de Texas detuvieron la sesión y solicitaron a patrulleros estatales que desalojaran galería. La manifestación continuó durante unos 20 minutos mientras los agentes escoltaban pacíficamente a los manifestantes en pequeños grupos. No se reportaron arrestos.
La ley de Texas evoca la medida “muéstreme sus documentos” que se promulgó en Arizona en 2010 y permitía que la policía indagara sobre el estatus migratorio de una persona durante interacciones de rutina, como detenciones de tránsito. Eventualmente fue desechada por una corte.
Bajo la SB4, se requiere que los jefes de policía de Texas —bajo amenaza de cárcel y destitución— cumplan las solicitudes federales para retener a criminales sospechosos para una posible deportación.
Los agentes de policía también cuentan con la opción de preguntar sobre el estatus migratorio a todo aquel que detengan. La propuesta es percibida como una enérgica medida en contra de Austin y otras “ciudades santuario”, un término que no cuenta con significado legal pero describe las partes del país en donde a la policía no se le exige que ayude a ejercer las leyes federales en materia migratoria.
Incluso después de concluir la protesta, se mantuvo la tensión. El representante Ramon Romero, demócrata de Fort Worth, dijo que estaba de pie junto al representante demócrata Cesar Blanco, de El Paso, cuando su colega republicano Matt Rinaldi, de Irving, se les acercó y comenzaron los intercambios de gritos con Blanco.
Otros legisladores tuvieron que intervenir para que el enfrentamiento no creciera.
Posteriormente, un grupo de legisladores demócratas realizó una conferencia de prensa para acusar a Rinaldi de amenazar “con ponerle una bala en la cabeza” a alguien en el pleno de la cámara baja, durante otro altercado. Afirmaron que el comentario fue realizado hacia el representante demócrata Poncho Nevarez, de la localidad fronteriza de Eagle Pass.
Rinaldi salió de la cámara baja y no comentó, pero dijo al Dallas Morning News que simplemente objetó ante los demócratas que parecían alentar a los manifestantes. De acuerdo con el sitio web de Rinaldi, cuenta con licencia para portar un arma.