FLORIDA, ESTADOS UNIDOS.- Marte está a punto de ser invadido por la Tierra, a lo grande.
Tres países, Estados Unidos, China y Emiratos Árabes Unidos enviarán naves no tripuladas al planeta rojo en rápida sucesión a partir de esta semana, en el esfuerzo más grande hasta la fecha por buscar indicios de antigua vida microscópica y explorar el lugar para futuros astronautas.
Estados Unidos enviará un vehículo de seis ruedas del tamaño de un auto, llamado Perseverance, para reunir muestras de rocas que serán enviadas de vuelta a la Tierra para su análisis aproximadamente dentro de una década.
“Ahora mismo, más que nunca, ese nombre es muy importante”, dijo el a dministrador de la NASA Jim Bridenstine mientras continuaban los preparativos pese al brote de coronavirus, que reducirá al mínimo la lista de invitados al lanzamiento.
Cada nave viajará más de 483 millones de kilómetros (300 millones de millas) antes de llegar a Marte el próximo febrero. Hacen falta entre seis y siete meses, como mínimo, para que una nave salga de la órbita terrestre y se sincronice con la órbita más lejana de Marte alrededor del sol.
Los científicos quieren saber cómo era Marte hace miles de millones de años, cuando tenía ríos, lagos y océanos que podrían haber permitido la proliferación de organismos diminutos y sencillos, antes de que el planeta se convirtiera en el mundo árido y estéril que es hoy.
“Intentar confirmar que existió vida en otro planeta es algo grande. Tiene una carga de la prueba muy grande”, indicó Ken Farley, de Caltech en Pasadena, California, científico del proyecto Perseverance.
No es coincidencia que los tres lanzamientos sean casi simultáneos. La fecha viene marcada por la apertura de una ventana de un mes en la que Marte y la Tierra están en una alineación ideal en el mismo lado del Sol, lo que minimiza el tiempo de viaje y el consumo de combustible. Esa ventana sólo se produce una vez cada 26 meses.
Hace mucho tiempo que Marte ejerce un poderoso influjo sobre la imaginación humana, pero el planeta se ha convertido en el cementerio de muchas misiones. Algunas naves estallaron, ardieron o se estrellaron, y la tasa de bajas a lo largo de las décadas supera el 50%. El último intento de China, en colaboración con Rusia en 2011, terminó en fracaso.
Sólo Estados Unidos ha logrado llevar con éxito una nave a Marte, haciéndolo en ocho ocasiones desde el éxito de las sondas gemelas Viking en 1976. Ahora hay dos módulos operativos allí, I nSight y Curiosity. Hay otras seis naves que exploran el planeta orbitando a su alrededor: tres estadounidenses, dos europeas y dos indias.
Emiratos Árabes Unidos y China intentan unirse al club.
La nave espacial de los EAU, llamada Amal, que significa Esperanza en árabe, es una sonda orbital que tiene previsto despegar el miércoles desde Japón, en la primera misión interplanetaria del mundo árabe. La nave, construida en alianza con la Universidad de Colorado Boulder, llegará a Marte, en el 50 aniversario de la fundación de Emiratos Árabes Unidos.
“Emiratos Árabes Unidos quería enviar un mensaje muy fuerte a los jóvenes árabes”, dijo el director de proyecto, Omran Sharaf. “El mensaje aquí es que si los Emiratos Árabes Unidos pueden llegar a Marte en menos de 50 años, entonces se puede hacer mucho más (...) Lo bonito del espacio es que pone el rasero muy alto”.
La estación climatológica celeste, controlada por Dubái, intentará alcanzar una órbita muy alta en Marte, 22,000 kilómetros por 44,000 kilómetros (13,670 millas por 27,340 millas) para estudiar las capas superiores de la atmósfera y monitorear el cambio climático.
El siguiente lanzamiento será de China, que enviará un vehículo y una sonda orbital en torno al 23 de julio. Las autoridades chinas no han publicado muchos detalles. La misión se llama Tianwen, o Preguntas para el cielo.
La NASA, por su parte, ha previsto su lanzamiento para el 30 de julio desde Cabo Cañaveral.
Perserverance espera aterrizar en el antiguo delta de un río y un lago conocido como Cráter Jezero. El vehículo chino, más pequeño, aspirará a un objetivo más llano y sencillo.
Para llegar a la superficie marciana, ambas naves tendrán que atravesar los cielos rojos de Marte en lo que se conoce como los “siete minutos de terror”, la parte más difícil y arriesgada de enviar una nave al planeta.
El Cráter Jezero está lleno de piedras, acantilados, dunas de arena y depresiones, cualquiera de las cuales podría acabar con la misión. Nuevas tecnologías de paracaídas y dirección ayudarán a alejar a la nave de los peligros. Los controladores de tierra se verán impotentes, dados los 10 minutos que tardan las transmisiones de radio en hacer el recorrido entre la Tierra y Marte.
La NASA quiere volver a llevar astronautas a la Luna para 2024, y llevarlos de allí a Marte para la década de 2030. Con ese objetivo, la agencia especial enviará muestras de material de trajes espaciales con Perseverance para ver cómo resisten el duro entorno marciano.
La misión Perseverance, incluidos el vuelo y un mínimo de dos años de operaciones en Marte, está valorada en casi 3,000 millones de dólares. El proyecto de Emiratos Árabes Unidos cuesta 200 millones de dólares, incluido el lanzamiento pero no las operaciones de misiones. China no ha revelado sus costes. Europa y Rusia cancelaron sus planes de enviar un vehículo que buscara restos de vida en Marte este verano, tras el duro golpe de la pandemia de covid-19.
Tres países, Estados Unidos, China y Emiratos Árabes Unidos enviarán naves no tripuladas al planeta rojo en rápida sucesión a partir de esta semana, en el esfuerzo más grande hasta la fecha por buscar indicios de antigua vida microscópica y explorar el lugar para futuros astronautas.
Estados Unidos enviará un vehículo de seis ruedas del tamaño de un auto, llamado Perseverance, para reunir muestras de rocas que serán enviadas de vuelta a la Tierra para su análisis aproximadamente dentro de una década.
“Ahora mismo, más que nunca, ese nombre es muy importante”, dijo el a dministrador de la NASA Jim Bridenstine mientras continuaban los preparativos pese al brote de coronavirus, que reducirá al mínimo la lista de invitados al lanzamiento.
Cada nave viajará más de 483 millones de kilómetros (300 millones de millas) antes de llegar a Marte el próximo febrero. Hacen falta entre seis y siete meses, como mínimo, para que una nave salga de la órbita terrestre y se sincronice con la órbita más lejana de Marte alrededor del sol.
Los científicos quieren saber cómo era Marte hace miles de millones de años, cuando tenía ríos, lagos y océanos que podrían haber permitido la proliferación de organismos diminutos y sencillos, antes de que el planeta se convirtiera en el mundo árido y estéril que es hoy.
“Intentar confirmar que existió vida en otro planeta es algo grande. Tiene una carga de la prueba muy grande”, indicó Ken Farley, de Caltech en Pasadena, California, científico del proyecto Perseverance.
No es coincidencia que los tres lanzamientos sean casi simultáneos. La fecha viene marcada por la apertura de una ventana de un mes en la que Marte y la Tierra están en una alineación ideal en el mismo lado del Sol, lo que minimiza el tiempo de viaje y el consumo de combustible. Esa ventana sólo se produce una vez cada 26 meses.
Hace mucho tiempo que Marte ejerce un poderoso influjo sobre la imaginación humana, pero el planeta se ha convertido en el cementerio de muchas misiones. Algunas naves estallaron, ardieron o se estrellaron, y la tasa de bajas a lo largo de las décadas supera el 50%. El último intento de China, en colaboración con Rusia en 2011, terminó en fracaso.
Sólo Estados Unidos ha logrado llevar con éxito una nave a Marte, haciéndolo en ocho ocasiones desde el éxito de las sondas gemelas Viking en 1976. Ahora hay dos módulos operativos allí, I nSight y Curiosity. Hay otras seis naves que exploran el planeta orbitando a su alrededor: tres estadounidenses, dos europeas y dos indias.
Emiratos Árabes Unidos y China intentan unirse al club.
La nave espacial de los EAU, llamada Amal, que significa Esperanza en árabe, es una sonda orbital que tiene previsto despegar el miércoles desde Japón, en la primera misión interplanetaria del mundo árabe. La nave, construida en alianza con la Universidad de Colorado Boulder, llegará a Marte, en el 50 aniversario de la fundación de Emiratos Árabes Unidos.
“Emiratos Árabes Unidos quería enviar un mensaje muy fuerte a los jóvenes árabes”, dijo el director de proyecto, Omran Sharaf. “El mensaje aquí es que si los Emiratos Árabes Unidos pueden llegar a Marte en menos de 50 años, entonces se puede hacer mucho más (...) Lo bonito del espacio es que pone el rasero muy alto”.
La estación climatológica celeste, controlada por Dubái, intentará alcanzar una órbita muy alta en Marte, 22,000 kilómetros por 44,000 kilómetros (13,670 millas por 27,340 millas) para estudiar las capas superiores de la atmósfera y monitorear el cambio climático.
El siguiente lanzamiento será de China, que enviará un vehículo y una sonda orbital en torno al 23 de julio. Las autoridades chinas no han publicado muchos detalles. La misión se llama Tianwen, o Preguntas para el cielo.
La NASA, por su parte, ha previsto su lanzamiento para el 30 de julio desde Cabo Cañaveral.
Perserverance espera aterrizar en el antiguo delta de un río y un lago conocido como Cráter Jezero. El vehículo chino, más pequeño, aspirará a un objetivo más llano y sencillo.
Para llegar a la superficie marciana, ambas naves tendrán que atravesar los cielos rojos de Marte en lo que se conoce como los “siete minutos de terror”, la parte más difícil y arriesgada de enviar una nave al planeta.
El Cráter Jezero está lleno de piedras, acantilados, dunas de arena y depresiones, cualquiera de las cuales podría acabar con la misión. Nuevas tecnologías de paracaídas y dirección ayudarán a alejar a la nave de los peligros. Los controladores de tierra se verán impotentes, dados los 10 minutos que tardan las transmisiones de radio en hacer el recorrido entre la Tierra y Marte.
La NASA quiere volver a llevar astronautas a la Luna para 2024, y llevarlos de allí a Marte para la década de 2030. Con ese objetivo, la agencia especial enviará muestras de material de trajes espaciales con Perseverance para ver cómo resisten el duro entorno marciano.
La misión Perseverance, incluidos el vuelo y un mínimo de dos años de operaciones en Marte, está valorada en casi 3,000 millones de dólares. El proyecto de Emiratos Árabes Unidos cuesta 200 millones de dólares, incluido el lanzamiento pero no las operaciones de misiones. China no ha revelado sus costes. Europa y Rusia cancelaron sus planes de enviar un vehículo que buscara restos de vida en Marte este verano, tras el duro golpe de la pandemia de covid-19.