'Tenemos que ganar. Esta es la elección más importante en la historia de nuestro país', dijo tras ser nominado por abrumadora mayoría al abrirse el lunes la Convención Nacional Republicana en Charlotte, en Carolina del Norte.
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'Su sueño americano estará muerto' si el demócrata Joe Biden gana, alertó entonces el presidente, que no ha dejado de agitar el fantasma del 'socialismo'.
Esta noche, la aparición estelar del mandatario, en vivo desde los jardines de la Casa Blanca, cerrará un cónclave partidario celebrado en gran parte en formato virtual por la pandemia, pero que nunca dejó de ser un espectáculo sobre Trump.
Los fuegos artificiales pondrán fin a la velada desde el corazón de Washington después de cuatro días en que un desfile de acólitos elogió al presidente como un virtuoso económico, defensor de los valores provida y de Dios, firme en la aplicación de la ley y respetuoso de los derechos civiles.
Pero la segunda nominación del magnate republicano, de 74 años, llega en medio de una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes en Estados Unidos, cuando el país llora más de 179,000 muertos por covid-19, el desempleo alcanza el 10,2%, y masivas manifestaciones piden desde hace tres meses el fin del racismo y la brutalidad policial.
Las protestas, muchas veces salpicadas por actos de violencia, han sacudido desde el domingo la ciudad de Kenosha en Wisconsin, donde un policía blanco le disparó siete veces por la espalda a un hombre negro, Jacob Blake.
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'No toleraremos saqueos, incendios provocados, violencia y anarquía en las calles estadounidenses', tuiteó el miércoles el presidente, prometiendo 'restaurar la LEY y el ORDEN'. Pero sin mencionar nunca a Blake.
Se espera que Trump, que días atrás se presentó como 'el único que se interpone entre el sueño americano y la anarquía, la locura y el caos totales', insista en esta retórica, amplificando el mensaje que permeó el discurso del vicepresidente Mike Pence al aceptar la noche del miércoles su nueva postulación.
'No se trata de saber (...) si Estados Unidos será republicano o demócrata. La elección es si Estados Unidos va a seguir siendo Estados Unidos', afirmó Pence desde el Fuerte McHenry, en Baltimore, un lugar emblemático por haber inspirado el himno nacional.
Kamala contraataca
Joe Biden, un veterano político de 77 años que aventaja a Trump en las encuestas, se comprometió a poner fin a la 'oscuridad' de Estados Unidos al aceptar la nominación en la Convención Nacional Demócrata la semana pasada.VEA: Universidad de Wisconsin cancela discurso de Mike Pence
Decidido a revertir la narrativa de su rival de que él es el culpable de la desazón y la debacle en Estados Unidos, Trump replicó diciendo que donde Biden ve tinieblas él ve la 'grandeza' de un país.
Este jueves, la candidata vicepresidencial demócrata, Kamala Harris, contrarrestará la esperada aparición de Trump en la Convención Nacional Republicana con un discurso en Washington.
Hablará 'sobre los fracasos del presidente para contener la covid-19 y proteger a las familias trabajadoras de las consecuencias económicas', y sobre el plan Biden-Harris para enfrentar la pandemia y 'construir un camino diferente a futuro', anunció su campaña.
El mensaje de Trump en relación a la covid-19 genera expectativa, dado que el tema estuvo casi totalmente ausente de la convención excepto por las palabras de compasión de su esposa, Melania, quien reconoció el martes el impacto del 'enemigo invisible' y el dolor y angustia que ha generado.
El tema es considerado clave para asegurar el triunfo electoral de uno u otro.
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Según el sitio web FiveThirtyEight.com, el 58,2% de los estadounidenses desaprueba la respuesta de Trump a la crisis del conronavirus, mientras que el 38,7% la aprueba.
El gran final de la convención republicana no llega exento de polémica.
Elegir la Casa Blanca como telón de fondo del discurso de Trump desdibuja las líneas tradicionalmente respetadas entre las funciones del presidente y los actos del candidato.
Los demócratas han dicho incluso que viola la Ley Hatch, que prohíbe a los funcionarios federales participar en actividades políticas en propiedades gubernamentales.