Por Patricia Leigh Brown / The New York Times
CONDADO DE SAUK, Wisconsin — No es todos los días que los agricultores de carrera en Wisconsin se toman un receso durante la frenética temporada de cosecha para hacer piruetas y giros en sus tractores.
“El Ballet Rastrillo de Heno” en un campo de alfalfa —con música de ópera ante una multitud absorta que exclamaba maravillada ante cada movimiento de los rastrillos usados para mover el heno en hileras— fue un éxito del Farm/Art DTour, un recorrido autoguiado de 80 kilómetros y 10 días de duración por instalaciones artísticas a gran escala y “presentaciones en pasturas” a lo largo de los prístinos caminos secundarios montañosos del condado rural de Sauk, en el suroeste de Wisconsin.
El DTour, que se celebra en octubre cada dos años, atrae a más de 20 mil turistas de Madison, Milwaukee y más allá.
“Creo que es genial que la gente urbana disfrute de lo que vemos todos los días”, dijo Andy Enge, un productor lechero y estrella del ballet, en el que tres tractores giraban entre sí en un pas de trois.
Su padre, Maurice, de 93 años, lo veía de otra manera. “¡Si un hombre condujera así por los campos de heno, lo despediría!”, dijo.
La ruta sigue caminos serpenteantes, pasando por pueblos de una sola taberna y granjas con graneros rojos. Los visitantes toman un mapa con 40 paradas, incluyendo 15 instalaciones de arte, poesía al borde del camino y “Notas de campo” sobre el suelo y otras características del terreno. Señales direccionales rojas marcan el sendero, pero perderse es parte del encanto.
Artistas como Jongil Ma, que viajó desde Nueva York en un camión rentado, colaboran con los agricultores locales. “Tierra, Viento y Cielo” de Ma fue un espectáculo de gimnasia escultórica con coloridas tiras de madera que se abalanzaban sobre carros de heno.
Richard y Kitty Henn, de la cercana ciudad de Sauk, pensaron que la obra de Ma parecía una montaña rusa.
La idea del DTour, ahora en su décimo año, es celebrar la “cultura” en la agricultura, utilizando el arte para resaltar tanto la herencia agrícola de la región como su profundo apego y cuidado de la tierra. El condado de Sauk alberga la histórica granja de Aldo Leopold, el naturalista que escribió “A Sand County Almanac”, una oda a la ecología del paisaje de Wisconsin.
Donna Neuwirth y Jay Salinas, los fundadores del evento, son de Chicago —ella trabajaba en teatro y él era escultor— compraron una granja en Reedsburg en 1993 y comenzaron un programa agrícola apoyado por la comunidad. Un incipiente programa de artistas en residencia evolucionó hasta convertirse en el Wormfarm Institute, una organización sin fines de lucro que es punta de lanza del DTour y otros programas. Cada artista seleccionado por el jurado recibe un honorario de hasta 10 mil dólares.
Los agricultores participan por bondad. “No obtenemos nada, pero rompe la monotonía de la agricultura”, dijo Todd Statz, quien fue el anfitrión de Gabriela Jiménez Marván y su Colectivo binacional de Arte Popular Mexicano, que erigió alebrijes, al estilo de la película “Coco”.
Una instalación sorprendente, “Preserve”, se encontraba en uno de los campos de la granja de la familia Ederer, de más de un siglo de antigüedad. Construido por tres mujeres artistas de Illinois, evocaba la choza que Aldo Leopold construyó a partir de un gallinero en la década de 1930. Su estructura estaba revestida con mil frascos de conservas, cada uno de los cuales contenía una imagen en plástico translúcido de mariposas, hongos y otras especies. “Tienes una idea de cuánta vida a nuestro alrededor podríamos perder”, dijo Cathy McCauley, una de las artistas.
Uno de los objetivos del DTour es reimaginar la división urbano-rural como un continuo urbano-rural, utilizando el arte como un puente a la búsqueda de puntos en común.
“Nos hace ver nuestro lugar de manera diferente”, dijo Curt Meine, un conservacionista. “Has conducido por la carretera miles de veces. Pero el arte nos permite verlo a través de una nueva lente”.
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