Por River Akira e Hisako Ueno / The New York Times
TOKIO — Una década después de uno de los desastres de energía atómica más devastadores en la historia, Japón finalmente estaba cada vez más cerca de revivir la energía nuclear.
Alrededor del 2022, la mayoría del público comenzó a expresar su apoyo a la reactivación de las plantas nucleares del País, la mayoría de las cuales han permanecido fuera de línea desde que un terremoto y un tsunami provocaron una fusión nuclear en la prefectura de Fukushima en el 2011. El gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) de Japón continuó planes no solo para reiniciar plantas inactivas, sino también para construir nuevas.
El partido dijo que la energía nuclear ayudaría al País, que depende en gran medida de los combustibles fósiles, a satisfacer las crecientes demandas de energía y cumplir su promesa de reducir las emisiones de carbono.
Luego, este año, una serie de desastres recordaron a muchos en Japón sus temores sobre la energía nuclear, y el PLD perdió su mayoría en la cámara baja del Parlamento.
En enero, un terremoto sacudió la península de Noto, en el noroeste de Japón. Más de 400 personas murieron y muchos edificios sufrieron daños, incluyendo una central nuclear inactiva.
En agosto, un temblor en el sur de Japón llevó a los expertos a advertir que un megaterremoto, que mataría a cientos de miles de personas, podría ser inminente. “Con los terremotos en todo el País, queda muy claro que la energía nuclear es un daño a nuestra seguridad”, dijo Hajime Matsukubo, del Centro Ciudadano de Información Nuclear, en Tokio.
Una encuesta realizada por Mainichi Shimbun, un periódico nipón, unos meses después del terremoto en Noto reveló que el 45 por ciento de los encuestados se oponía a reiniciar las plantas nucleares de Japón, superando el 36 por ciento que lo apoyaba.
Después de las derrotas del PLD en las elecciones parlamentarias del 27 de octubre, el partido tiene solo unas cuantas semanas para formar un gobierno minoritario o reclutar aliados para recuperar la mayoría. Los Demócratas Constitucionales, que obtuvieron el segundo mayor número de escaños detrás del PLD, se oponen a los planes de construir nuevos reactores nucleares.
Dentro de cinco meses, Japón publicará un plan energético que definirá su combinación energética objetiva de cara al 2040. Por lo tanto, el Gobierno tendrá que considerar la energía nuclear.
Antes del 2011, la energía nuclear representaba alrededor del 30 por ciento de la generación de energía de Japón. El año pasado, la energía nuclear generó poco más del 5 por ciento.
En la península de Noto, el proveedor de energía Hokuriku Electric busca reactivar una central nuclear en la ciudad de Shika. A fines del año pasado, eso parecía inminente.
En diciembre, los residentes de Shika eligieron a un Alcalde que argumentó que las plantas nucleares deberían volver a operar. Hokuriku Electric tenía la vista puesta en principios del 2026 para que la planta reiniciara sus operaciones.
Luego, una semana después de las elecciones, el terremoto de Noto destruyó carreteras y edificios en Shika y desplazó a miles de personas. El terremoto dañó componentes en la planta nuclear. No hubo reportes de problemas importantes como fugas de radiación. Pero los residentes contemplaron lo que podría haber sucedido si la planta hubiera estado en operación.
Desde entonces, el Alcalde cambió su postura, diciendo que sería difícil promover la seguridad de la planta. Hokuriku Electric ya no tiene una fecha prevista para reiniciar la planta.
La demanda de energía en Japón se está incrementando por el aumento de nuevas fábricas y centros de datos que consumen mucha energía. Las energías renovables siguen siendo costosas y las compañías eléctricas han tardado en implementarlas.
Dada la promesa del País de lograr la neutralidad en carbono para el 2050, “realmente no hay forma de evitar la energía nuclear”, dijo Robert Liew, director de investigación de energías renovables en Asia Pacífico en la consultora Wood Mackenzie.
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