Maduro intensifica represión en Venezuela con masivos arrestos

Por: Frances Robles | The New York Times

CARACAS, Venezuela — Cientos de personas se reunieron afuera de un centro de detención conocido como “Zona 7” en Caracas, la capital venezolana, con bolsas llenas de comida para los reclusos al interior. Muchos contaron historias similares de hijos, hijas y hermanos arrestados en motocicletas, caminando a casa del trabajo, saliendo de una panadería o visitando la casa de un familiar en los días posteriores a las disputadas elecciones presidenciales de Venezuela. A nadie se le había dicho qué cargos enfrentaban sus familiares.

“He estado documentando violaciones de derechos humanos en Venezuela durante muchos años y he visto patrones de represión antes”, dijo Carolina Jiménez Sandoval, presidenta de la Oficina en Washington para América Latina, una organización de defensa e investigación. “No creo haber visto esta ferocidad jamás”.

Nicolás Maduro, el autocrático Presidente del País, proclamó la victoria en las elecciones del 28 de julio, pero el Gobierno aún no ha proporcionado ningún recuento de votos que respalde el anuncio. La Oposición publicó recuentos que mostraban que su candidato había ganado de manera aplastante.

Ahora, dicen los expertos, Maduro, aparentemente repudiado por la mayoría de sus electores, está empeñado en castigar a quienes considera desleales.

El Gobierno dice que ha arrestado a más de 2 mil personas por protestar por los resultados de las elecciones. Las personas fueron tomadas en redadas en medio de las protestas y luego de sus hogares en arrestos selectivos, mientras el Gobierno lanzaba lo que llamó la “Operación Tun Tun”, dijeron familiares.

“¡Castigo máximo! ¡Justicia!”, dijo Maduro en un mitin este mes. “¡Esta vez no habrá perdón!”

Al menos dos abogados de derechos humanos están en prisión. Otra activista fue sacada del aeropuerto de Caracas cuando intentaba salir del País. Cuando las autoridades se presentaron en casa de María Oropeza, líder del partido de Oposición en Portuguesa, ella lo transmitió en vivo. “Creo que primero debería mostrarme si tiene una orden de cateo, ¿no?”, se la escuchó decirle a un oficial de policía.

Activistas y periodistas se enteraron en los últimos días de que el Gobierno había anulado sus pasaportes, en efecto atrapándolos. La gente sale de sus casas sin sus teléfonos, temiendo que las autoridades los detengan y revisen sus mensajes en busca de contenido objetable. Un hombre en Zulia fue arrestado después de que la policía encontró un meme crítico de las elecciones en su teléfono, dijo su familia.

“Es difícil expresar con palabras la intensidad y la naturaleza indiscriminada de esta ola de arrestos”, dijo Gonzalo Himiob, vicepresidente del Foro Penal, una organización de derechos humanos que rastrea los arrestos.

El 28 de julio, Maduro enfrentó a un diplomático llamado Edmundo González, sustituto de María Corina Machado, una líder de la Oposición más popular que había sido descalificada para postularse. Aproximadamente seis horas después del cierre de las urnas, el consejo electoral anunció que Maduro había ganado otro mandato de seis años. Los recuentos recopilados por los observadores de la Oposición muestran que González ganó por millones de votos. Las protestas estallaron al día siguiente de los comicios, con algunas llevando a choques entre manifestantes, fuerzas de seguridad y grupos civiles armados que apoyan al Gobierno. Los grupos de derechos humanos reportaron que al menos dos docenas de personas murieron. Cientos fueron arrestadas.

Pero los arrestos continuaron durante días, a veces gracias a informantes anónimos que denunciaron a los manifestantes en VenApp, una aplicación gubernamental creada originalmente para quejas públicas. Ha sido eliminada de Google Play y la App Store, pero todavía está disponible para quienes la hayan descargado, dijo Amnistía Internacional.

Maduro insistió en que los detenidos habían participado en un complot fascista para deponerlo. Serán acusados de incitar al odio y al terrorismo, dijo el Gobierno. Algunos fueron sorprendidos cometiendo actos de vandalismo, pero muchos simplemente estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado, dijeron abogados de derechos civiles.

El 8 de agosto, la familia de Américo De Grazia, de 64 años y líder del partido opositor, anunció que llevaba más de 24 horas desaparecido. Su hija, María De Grazia, de 30 años, dijo que la familia se enteró de que estaba en la cárcel, pero dijo que no les dijeron por qué. Los activistas apenas tenían posibilidades contra un aparato tan organizado. “Vamos a la guerra armados con un tenedor de plástico”, dijo María De Grazia.

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