Las piedras de caligrafía de Tong Yang-Tze: arte, perfección y reflexión

La calígrafa taiwanesa transforma papel reciclado en arte. Su obra, en el Museo Metropolitano, conecta tradición y modernidad, trascendiendo culturas

  • 23 de noviembre de 2024 a las 16:04
Las piedras de caligrafía de Tong Yang-Tze: arte, perfección y reflexión
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Por Zachary Small / The New York Times

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TAIPEI, Taiwán — Las piedras que se ocultan en un nicho del departamento de Tong Yang-Tze dan testimonio del abrumador perfeccionismo de esta calígrafa taiwanesa.

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Son papel —remanentes de obras de arte desechadas, arrugadas y empapadas en bolas de pulpa tintadas. Cientos de antiguos borradores de escritura se han reciclado en estas piedras a lo largo de los años, más recientemente mientras trabajaba en su encargo para el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, que debutó el 21 de noviembre. Los curadores lo llaman la muestra de caligrafía más importante en Estados Unidos por una mujer en la historia reciente y dicen que tenderá un puente en la forma de arte desde su historia antigua hasta el siglo 21.

En las obras de caligrafía de Tong Yang-Tze nunca hay dos caracteres chinos iguales.
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A principios de este otoño, Tong, de 81 años, desplegó pergaminos en el suelo de su departamento en Taipei y luego sumergió un pincel grande en un recipiente lleno de tinta negra aterciopelada. Preparaba diseños para las dos pinturas que colgarán de la icónica entrada del Met, el Gran Salón. Los textos consistían en dichos de poetas nacidos hace miles de años, que transmitían mensajes sobre pragmatismo y moralidad. Pero en manos de Tong, los caracteres chinos también están imbuidos de matices —nunca hay dos caracteres iguales— y de arrojo, en su obra de gran formato.

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“Aquí en Taiwán, la inmensa libertad me ha permitido concentrarme exclusivamente en desarrollar mi arte”, dijo.

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Pasando el pincel por el plano pictórico de 26 metros cuadrados con una velocidad sorprendente, Tong dibujó los caracteres chinos que ha estudiado toda su vida. Estaba basándose en el linaje de viejos maestros como Yan Zhenqing, un calígrafo, general militar y gobernador de la dinastía Tang del siglo 8, intentando revivir una práctica moribunda haciéndola contemporánea, política y claramente taiwanesa.

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Considerada una de las artistas más importantes de su País, Tong nació en 1942 en Shanghai. Ella, su hermano y sus padres se mudaron a Taiwán (entonces Formosa) en 1952, varios años después de que Mao Zedong estableció la República Popular China. Tres de las hermanas de Tong permanecieron en China con una tía, llevando a décadas de separación por la volátil relación de Taiwán con China.

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Tong desarrolla sus “pinturas de palabras” a partir de pequeños dibujos de referencia que anticipan dónde caerá cada gota de tinta en los pergaminos. Pero a menudo se compara con un músico de jazz cuya música cambia constantemente. No hay dos pinceladas iguales.

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“Todo sucede en tu mente”, dijo la artista. “Simplemente lo expresas”.

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En vista del tamaño de sus obras —una es un rollo de mano que mide aproximadamente 2 metros por 50 metros— y el espacio limitado de su departamento, todo debe suceder en rotación. La artista cambia a diferentes partes de sus pergaminos, sin poder ver el resultado hasta semanas después, cuando renta una bodega para desenrollar varias obras a la vez.

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A veces, cuando no le gusta lo que ve, desecha la caligrafía, sumando a su colección de 17 cajas de las piedras de papel, y empieza de nuevo.

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Para el encargo del Met, Tong ha estado pensando en su público estadounidense, que probablemente tiene poca exposición a la caligrafía, y en su público chino —casi el 4 por ciento de los visitantes internacionales del museo.

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La artista eligió dos textos para el Gran Salón, uno inspirado en el Libro de los Cantares escrito hace casi 3 mil años: “Las piedras de otras montañas pueden refinar nuestro jade”. Si bien la frase tradicionalmente se interpretó como que los talentos de otro país pueden ser útiles para el propio, las interpretaciones modernas han cambiado para reflexionar sobre cómo aceptar las diferencias puede ayudarnos a mejorar.

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El otro adagio fue escrito por el poeta y erudito Su Shi en el año 1100 sobre su proceso creativo: “Ve a donde sea correcto, detente cuando sea necesario”, un dicho que recuerda al lector que debe tener autoconciencia y practicar la moderación moral.

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Tong dijo que seleccionó estos textos para ayudar a las personas a encontrar su lugar en el mundo, expresando su deseo de llegar a los turistas de China continental. “Pueden reflexionar sobre cómo ser hombre, cómo ser ciudadano, cómo ser libre”.

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© 2024 The New York Times Company

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