El histórico triunfo del “brexit” en el referéndum del jueves pasado ha puesto a tambalear los cimientos de la Unión Europea y abre una etapa de incertidumbre en el resto del mundo.
La decisión que se impuso por un estrecho margen, 52 por ciento a favor y 48 por ciento contra la retirada, tendrá implicaciones económicas, comerciales, políticas y hasta deportivas. Y América Latina no será la excepción.
La subsecretaria de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Mari Carmen Aponte, dijo que la salida del Reino Unido, la segunda economía más grande de Europa, es un tsunami cuyas olas tarde o temprano van a tocar a la región.
En el caso de Centroamérica, que tiene un acuerdo de asociación con la Unión Europea, el Reino Unido se ubicó en 2015 como el decimoquinto comprador de productos del istmo, lo que podría verse afectado a raíz del “Brexit”. Pero los números podrían ser mayores con la caída del euro, ya que perjudicaría las ventas de la región hacia la Unión Europea. Aunque el peor impacto vendría si la situación en el “viejo continente” provoca un menor crecimiento en Estados Unidos, que es nuestro principal destino de exportación. El “Brexit” podría ser visto también como un disuasor del sueño morazanista de una región integrada y un argumento para quienes se oponen al reingreso de Costa Rica al Sica, proyecto que ha venido promoviendo el presidente de Honduras.
Por otro lado, hay que recordar que un tema migratorio desencadenó en 2015 en la ruptura política del gobierno tico con el sistema de integración, al no lograr un acuerdo con las demás naciones de la región ante la crisis de más de 7,000 cubanos varados en ese país y en Panamá. Y que ese mismo factor, la ola de migrantes en Europa, fue uno de los argumentos de quienes votaron a favor del “Brexit”.
Lo cierto es que nuestros gobiernos deben actuar con cautela y estar atentos a lo que está ocurriendo en la Unión Europea. Con todo y las diferencias que podamos tener, habrá muchas lecciones que aprender de una decisión que rompe el paradigma de la unidad por un nacionalismo egoísta.
