Tegucigalpa, Honduras
Más allá del valor monetario de los billetes de diferentes denominaciones que con esfuerzo se ganan los hondureños cada día, sus grabados narran parte de la identidad nacional y de la historia de las luchas libradas para lograr el control estatal de la moneda.
Antes del descubrimiento de América, en la región Centroamericana y parte de México, las civilizaciones indígenas usaban el trueque como intercambio comercial y entre los artículos más usados estaban la semilla de cacao, la obsidiana, el jade, las conchas marinas y las plumas de quetzal.
En la época colonial, a partir de 1492, con el arribo de los españoles, comenzaron a llegar las primeras monedas a la región y en mayo de 1535 se autorizó la instalación de la Casa de la Moneda en la Ciudad de México.
El Museo Virtual de Numismática del Banco Atlántida reseña que en 1578 se descubrieron importantes minas de plata en Tegucigalpa, provincia de Honduras.
En ese momento aumentó la necesidad de la circulación de una moneda nacional, dando paso a la laminación de la plata, cortándola en pequeñas hojas, para cubrir los gastos propios de la actividad minera y el pago de los jornaleros.
La medida rápidamente no resultó efectiva, porque surgieron las falsificaciones, haciéndolas incluso de plomo.
Debido a lo anterior se instaló la Casa de la Moneda en la Ciudad de Guatemala y en 1733 se acuñó la primera moneda en la región, con plata extraída en Honduras.
Independencia
Con la proclama de la independencia de Centroamérica, el 15 de septiembre de 1821, se generaron grandes dificultades por la falta de una moneda y fue así que en 1823 se emitieron monedas de uno y dos reales en Comayagua con el busto de Iturbide al anverso y al reverso el águila mexicana sobre un cactus.
Mediante Decreto No. 46 del 3 de abril de 1879, Honduras determinó cambiar la unidad monetaria del real al peso, pero el problema era que el valor de los metales era mayor que la denominación de la moneda y se fugaba a otros países, dejando al país con un gran déficit monetario.
Es en ese momento se determina comenzar a utilizar el papel moneda, siguiendo el ejemplo de otros países, respaldando su valor por el oro y la plata.
Por muchos años se hicieron emisiones privadas de billetes, hasta que el 10 de febrero de 1913, en la ciudad de La Ceiba, se fundó Banco Atlántida, que puso en circulación sus billetes.
Ya con una institución bancaria instituida en el país, mediante el Decreto Legislativo No. 102 del 6 de abril de 1926 se crea y denomina al Lempira como única moneda nacional de Honduras.
Es en ese momento que la moneda comienza a formar parte de la identidad nacional, ya que los legisladores sostuvieron acalorados debates para definir el nombre de la unidad monetaria, ya que unos proponían llamarla Lempira y otros Morazán, ganando el primero en la votación.
Dominio
A pesar de todos los esfuerzos por establecer una moneda nacional, Honduras todavía no ejercía el dominio gubernamental sobre la emisión de la moneda y fue hasta 1943 que se comenzó a formalizar el control sobre la política monetaria del país, establecen los anales históricos del Banco Central de Honduras (BCH).
Para 1950, en la época moderna, mediante el Decreto No. 53 del 3 de febrero de 1950, se creó el BCH como ente autónomo y privilegiado, y se dispone que sea este el único emisor de billetes y monedas.
El 1 de julio de 1950 el BCH inició sus operaciones, haciendo su primera emisión de billetes por la cantidad de 100,000 piezas con la denominación de cinco Lempiras.
Debido al poco tiempo que tenía el BCH decidió utilizar las planchas de impresión del Banco de Honduras que junto a Banco Atlántida eran los únicos autorizados para emitir billetes hasta esa fecha.
La comisión organizadora nombrada por el BCH decidió imprimir el billete de cinco lempiras que llevaba el retrato del general Francisco Morazán al anverso y para el suministro de estos billetes se contrató a la empresa American Bank Note Company, siendo el primero en salir a circulación de forma oficial.
Para designar los motivos de las otras denominaciones de 1, 10, 20 y 100 lempiras, la Comisión Organizadora de la banca nacional abrió un concurso entre artistas hondureños.
Fueron 19 los competidores, pero se eligió el trabajo del ingeniero Arturo López Rodezno para el billete de un lempira, el cual estuvo representando por un motivo maya, teniendo como fecha de emisión el 9 de junio de 1951 y de edición el 16 de marzo de 1951.
Para la denominación de 100 lempiras se utilizó una fotografía tomada por el artista Raúl Estrada Discua, de la antigua Casa Presidencial por el lado que colinda con el río Choluteca. La fecha de emisión fue el 16 de junio de 1951 y la edición del billete el 16 de marzo de 1951.
En el billete de 10 lempiras también se eligió un diseño del ingeniero López Rodezno, el cual consistió en un motivo agrícola. La fecha de emisión fue el 27 de junio de 1951 y la de edición el 25 de mayo de 1951.
En la denominación de 20 se utilizó un motivo ganadero que fue preparado por la Compañía Waterlow & Sons, Ltd. La fecha de emisión fue el 27 de junio de 1951 y la edición el 25 de mayo de 1951.
A todos estos billetes se les asignó el retrato de algunos héroes y próceres nacionales como: Lempira, José Trinidad Cabañas, Dionisio de Herrera y José Cecilio del Valle.
El pedido para su impresión se hizo a la firma Waterlow & Sons, Ltd., de Londres, Inglaterra, para la impresión de 8.8 millones de piezas de las cuatro denominaciones descritas.
Para el 8 de junio de 1956 se emitió por primera vez el billete de 50 lempiras, luego el 4 de enero de 1978 el de dos lempiras y por último, el 29 de diciembre de 1997 surgió el billete de más alta denominación, 500 lempiras.
Estado logró ejercer control en la política monetaria
El experto en economía, Claudio Salgado, explicó que el Estado ha logrado ejercer su función de tener el control de la política monetaria y crediticia, al tener una moneda propia, que no dependa de emisores privados o internacionales.
Ejemplificó que antes de los años 50, la emisión de la moneda nacional la tenían el Banco Atlántida y Banco de Honduras y no había control, hasta que se fundó el Banco Central de Honduras (BCH).
Desde aquel tiempo Honduras ha ido emitiendo cantidades de dinero conforme a las necesidades.
Mientras que el diseño del papel moneda se ha metido en la mayoría de los billetes, dijo Salgado, señalando que la diferencia de colores se debe a la ignorancia que existe en el país, porque la gente los identifica más por los colores que por la denominación, en cambio, en Estados Unidos todos los dólares son verdes.
Al mismo tiempo reseñó que las monedas fueron cambiando el metal de la fabricación, ya que antes eran de plata y oro, provocando que las personas las derritieran y vendieran, ahora la aleación es de un material muy pobre.
Pero en los últimos años producto de la gran inflación que ha ocurrido en estos país de la región centroamericana, el uso de la moneda ha ido desapareciendo y ahora las personas prefieren utilizar los billetes y desechar el metal por el poco valor que representan en la economía.