Funcionarios de la Casa Blanca no pudieron proporcionar una explicación sobre las amenazas del mandatario, las cuales reflejan su aparente frustración con la caravana de migrantes y su determinación para que redunde en ventajas electorales para los republicanos.
Las agencias federales indicaron que no recibieron instrucciones relacionadas con la declaración del presidente quien intenta que la inmigración ilegal sea un tema destacado en las elecciones legislativas del próximo mes.
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Trump declaró el lunes que Washington comenzará a recortar la ayuda a Honduras, Guatemala y El Salvador, a los que acusó de no detener a miles de migrantes que se dirigen a Estados Unidos.
Si el mandatario cumpliera su amenaza de poner fin o reducir significativamente la ayuda estadounidense, eso podría empeorar la pobreza y la violencia, factores que fomentan la migración contra la cual protesta, dijeron sus críticos.
Los tres países recibieron aproximadamente 500 millones de dólares de Estados Unidos en el año fiscal 2017, dinero que se utiliza para financiar programas que promueven el desarrollo económico y la educación, así como la democracia y el respeto a los derechos humanos, entre otros asuntos.
Hasta el momento no estaba claro cuánto dinero espera recortar Trump, aunque su gobierno ya había estado presionando para reducir el presupuesto gubernamental de ayuda global y operaciones en el extranjero en aproximadamente 30% para el año fiscal 2019 que comenzó el 1 de octubre.
“Tristemente, parece que la policía y las fuerzas armadas de México son incapaces de detener la caravana que se dirige a la frontera sur de Estados Unidos”, tuiteó el presidente, y agregó sin proporcionar evidencia que “en ella van criminales y personas desconocidas de Medio Oriente”.
“He alertado a la Patrulla Fronteriza y a las fuerzas armadas de que esta es una emergencia nacional”, escribió. “¡Es necesario cambiar las leyes!”.
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Periodistas de The Associated Press que viajan con la caravana desde hace más de una semana han hablado con hondureños, guatemaltecos y salvadoreños, pero no han visto ni a una sola persona de Medio Oriente. Lo que sí es evidente es que más centroamericanos siguen uniéndose a la caravana.
Los tuits de Trump representan su intento más reciente para llevar la política migratoria a los reflectores nacionales antes de las elecciones de noviembre. Desde hace tiempo, él y sus principales asesores creen que el asunto _el cual fue uno de los más destacados durante su campaña presidencial_ es crucial para animar a sus electores y motivar a los republicanos a acudir a las urnas.
“La culpa es de los demócratas”, escribió. “Recuerden las elecciones de medio periodo”.
Desde hace meses Trump ha tratado de emplear la ayuda estadounidense al extranjero como una herramienta de presión, amenazando con retener el apoyo humanitario y de otro tipo a los “enemigos de Estados Unidos” y utilizándolo para doblegar a gobiernos extranjeros para que hagan lo que él desea. El lunes dijo que cumpliría su amenaza.
“Guatemala, Honduras y El Salvador fueron incapaces de evitar que la gente salga de su país y venga ilegalmente a Estados Unidos. Ahora empezaremos a recortar, o a reducir sustancialmente, la ayuda extranjera masiva que solemos darles”, escribió.
500millones de dólares destinóEstados Unidos en el año fiscal 2017 para Guatemala, Honduras y El Salvador. |
Posteriormente, ya en la Casa Blanca, agregó: “Hemos estando dando tanto dinero a tantos países durante tanto tiempo que no es justo y no es bueno. Y luego cuando les pedimos que mantengan a su gente en su país, no logran hacerlo”.
Sin embargo, no quedó claro si los tuits del presidente tuvieron alguna implicación en las políticas de Estados Unidos.
El Pentágono no recibió nuevas órdenes para que proporcione tropas de apoyo en la seguridad fronteriza, dijo el teniente coronel Jamie Davis, su portavoz. Y un funcionario del Departamento de Estado indicó que la agencia no había recibido ninguna instrucción en torno a eliminar o reducir la ayuda a los países centroamericanos.
Es el Congreso, no el presidente, el que asigna el dinero que será destinado a ayudar. La Casa Blanca tendría que notificarles a los legisladores si quisiera recortar o reasignar los fondos, lo cual podría demorar o complicar el proceso.