EL PARAÍSO, COPÁN.- La última vez que vieron en este municipio al exalcalde Amílcar Alexander Ardón, más conocido como “Chande”, fue en diciembre de 2018 cuando anduvo entregando canastas familiares a la gente.
Desapareció luego que la Fiscalía de Estados Unidos, el 23 de enero reciente, le presentara cargos por narcotráfico en una corte del Distrito Sur de Nueva York; acusación que también incluyó a Mario José Cálix Hernández, socio del excongresista nacionalista Antonio (Tony) Hernández .
Lo más reciente que se conoce de Ardón es que sacó a su esposa Merlin Aleyda Caballero Asencio para Europa y que su negociación para entregarse a la DEA se trabó. En este municipio, aunque la gente sepa dónde está, nadie dará razón de él.
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Persecución contra Ardón
A la Policía Nacional y Fusina con toda una estructura, en la cual se ha invertido miles de millones de lempiras en los últimos seis años, no parece interesarle el paradero del exalcalde, mientras que el Ministerio Público la persecución la ha centrado nada más en quitarle los bienes y recoger el menaje.
En la zona occidental se ven cosas raras. Contrario a la saturación policial y militar que se observa en Gracias, Lempira, así como en Santa Rosa de Copán y las Ruinas, aquí en El Paraíso no hay mayor presencia de uniformados. La única posta de la Policía Nacional y la patrulla que hay -según los lugareños- solo sirven para ilustrar el paisaje.
Además, todo ese millonario equipo que las Fuerzas Armadas le ha comprado a Israel- radares, drones, visores nocturnos entre otros aparatos- bajo el pretexto de una lucha contra las drogas, aquí se ve como un cuento capitalino.
El paso hacia la frontera está libre de amenazas oficiales, cualquier narco puede tener su hora feliz.
Ley de extradición
Extradición suscrito entre los Estados Unidos y Honduras el 15 de enero de 1907 y publicado en el diario oficial La Gaceta en su edición No. 4035 del 13 de septiembre de 1912, forma parte de la base que usan los jueces para sustentar la legalidad del envío de hondureños ante las cortes norteamericanas.
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La publicitada Policía Militar y su batallón canino aquí nunca la han visto. Ciertas personas saben de ella por algunas imágenes en la televisión. Igual la denominada “Fuerza Maya- Chortí, lo único que registra es la detención de algún “coyote” con migrantes, pero en cuanto a droga no ha detectado ni un kilo de marihuana”, dijo un paraiseño, que aseguró haber mirado “carros del Estado, protegidos por hombres fuertemente armados” desplazándose hacia la frontera.
Aunque no dijo que transportaban droga, esa era su percepción. Su versión guarda una relación con la de dos agentes antinarcóticos en la capital, que describieron cómo entre el 2010 y 2015 se detectaron carros militares, incluso de la Guardia de Honor Presidencial trasladando drogas desde Colón hasta la frontera con Guatemala. Estos investigadores también aseguraron que siguen la pista de las armas que están usando los narcotraficantes ya que tiene conocimiento que provendrían de las bodegas militares.
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La pérdida de armas las Fuerzas Armadas siempre la ha minimizado y negado porque lo que hacen es realizar nuevos inventarios para ocultar los hechos. “Esos militares siempre esconden la verdad por la doctrina del famoso espíritu de cuerpo”, dijo uno de los agentes.
Incluso, en las acusaciones contra Ardón, contra Mario José Cálix Hernández y contra Tony Hernández, en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, las autoridades norteamericanas los señala de haber usando “ametralladoras y dispositivos destructivos para promover la conspiración de importación de cocaína”.
En el caso de Ardón, precisan que para recibir y transportar la droga hacia la frontera con Guatemala él contaba “con el apoyo de ciertos individuos públicos y privados prominentes, incluidos políticos hondureños y funcionarios encargados de hacer cumplir la ley”.
“Para protegerse de la interferencia oficial y para facilitar el paso seguro a través de Honduras de cargas de cientos de kilogramos de cocaína, los narcotraficantes pagaron sobornos a funcionarios públicos, incluidos algunos alcaldes y miembros del Congreso Nacional de Honduras”, aseguraron las autoridades estadounidenses.
Así que hay suficientes razones para que al exalcalde de este municipio nunca se le haya perseguido judicialmente en Honduras.
Esta falta de voluntad para combatir con energía a las cabezas del narcotráfico y del crimen organizado sería la razón por la cual el 10 de diciembre reciente, dos ministros, acompañados de un alto funcionario de la Cancillería viajaron muy discretamente a Estados Unidos a reunirse con personeros del Departamento de Estado.
“Lo que sí sé es que AA (Alexander Ardón) tiene bien agarrados a muchos y se llevará de encuentro a grandes”, dijo por otro lado una fuente que también trabaja en la lucha contra las drogas.
Usando su argot de investigador expresó: “La chapa criminal de AA es amplia”. Luego añadió, “por sus tecnicismos los procesos judiciales en Estados Unidos llevan su tiempo”.
Es predecible que la comparecencia de Ardón ante la justicia estadounidense traerá un gran impacto sobre una serie de autoridades, burócratas y políticos de oscura reputación, que lejos de combatir al crimen se coludieron con él.
La captura o entrega de aquel exedil- que entraba y salía de Casa Presidencial con toda una camarilla que lo cuidaba- es cuestión de tiempo, igual que su destape ante los fiscales y jueces estadounidenses.
Testigo contra Tony Hernández
Un documento liberado el viernes 2 de agosto de 2019 por un tribunal de Nueva York identifica a Ardón como uno de los principales testigos en la causa contra Tony Hernández, acusado de narcoactividad.
Según la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, Ardón financió las campañas electorales del exgobernante Porfirio Lobo Sosa y el actual presidente Juan Orlando Hernández, a cambio de protección.
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Nota: Este reportaje fue publicado originalmente el 13 de marzo de 2019, pero fue ampliado el 3 de agosto tras la difusión del documento.