TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Lo que empezó como una prueba que surgió de la curiosidad de crear lámparas no convencionales se ha convertido en una forma de ganarse la vida, poniéndo en práctica el método de “aprender haciendo” y la máxima de “querer es poder”.
A sus 54 años, Manuel de Jesús Lagos Valeriano, se volvió un artesano de utensilios de diversas formas y tamaños que proporcionan luz eléctrica, ya sea para interiores o exteriores. A base de plástico conocido popularmente como PVC, madera, vidrio hasta metal, el lamparero construye con ingenio sus productos para propios y extraños.
La diferencia entre las lámparas que hace este emprendedor es que no hay ninguna que sea igual, por lo que cada modelo producido es único y se caracteriza por llevar el sello de su ingenio como también su creatividad.
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Lagos Valeriano es periodista de profesión y al ser amante desde su juventud de la lectura incursionó en el ámbito nacional como escritor de ensayos al igual que novelas.
Aunque se encuentra desempleado y la venta de sus obras literarias “Gotas de cristal” y “Lágrimas de la historia” tampoco le han beneficiado, decidió no quedarse de brazos cruzados en una sociedad de escasas oportunidades.
Algo diferente
“A todo esto nos manda la situación económica, pero yo creo que tiene que haber algo escondido allá en el fondo del corazón de alguien, que quiere hacer algo diferente a lo que la vida misma lo llevó”, manifestó don Manuel en una amena plática al interior de su casa en la que tiene un pequeño taller.
Admitió que “yo siempre quise trabajar con mis manos, siento que estoy haciendo algo bonito, que le gusta a la gente, me entretiene y me da dinero”.
Entre el fabricante de lámparas y el escritor, Lagos Valeriano consideró que se encuentra en una etapa grata y fructífera de su vida.
A través de guías que observó en internet se animó a hacer su primera lámpara que al verla uno de sus familiares le pidió que se la vendiera y recibió más pedidos, incluso por particulares.
El comunicador social aseguró que “cuando logro poner una lámpara en las manos de la gente el placer que se lleva es incomparable para mí”.
Los conocimientos en electricidad los obtuvo de las enseñanzas de su hermano mayor que es técnico, confesando que en más de alguna ocasión “pegó un brinco” por errores involuntarios. El lamparero comentó que según la pieza y el material con que haga las que cataloga como sus obras de arte, los precios oscilan entre los 300 a 650 lempiras.
En su faceta de escritor indicó que no ha logrado poner a la venta muchos ejemplares de sus publicaciones en el país, pero que recibió un premio en El Salvador, donde han adquirido más sus libros.
Despojarse del ego y restarle importancia al que dirán son claves para el éxito de cualquier persona, sea iletrada o profesional, que con sus manos, voluntad y dedicación pueden superarse, aconsejó Lagos Valeriano a todos los catrachos.
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A través de Manuel Lagos, su cuenta personal de Facebook, hace publicidad de todas sus lámparas que va elaborando por semana y es capaz de diseñar modelos que respondan a las exigencias de sus clientes, quienes al mismo tiempo lo pueden contactar por esta red social.