'Danna's Bakery”, el dulce emprendimiento de una familia en la amarga pandemia

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Una pequeña cocina de unos 9 metros cuadrados se convierte todos los días en la fábrica donde se elaboran verdaderas obras de arte que endulzan incluso al paladar más exigente.

Pasteles de todos los sabores y estilos, pastelitos de piña, flanes, tartas, relámpagos, cupcakes personalizados, panadería en general y una variedad de postres se elaboran desde muy temprano, para sostener a este y unos 12 hogares más de forma indirecta.

La pandemia del coronavirus no solo ha dejado muerte y secuelas en la salud de los hondureños, también con su llegada se llevó los empleos de cientos de personas, entre ellos, los de tres integrantes de una familia capitalina.

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Miriam Elizabeth Núñez de 34 años, fue suspendida de su empleo en una institución gubernamental, Brayan David Lozano (26) y Alberto Lozano (23), ambos, primos del esposo de Miriam, fueron despedidos de las reposterías donde laboraban, porque debido a la pandemia, sus respectivos jefes tuvieron que cerrar operaciones.

A la lista de los despidos por poco se suma Jessica Lozano, la madre de Brayan, quien cuidaba a la hija pequeña de Miriam mientras ella y su esposo salían a trabajar, pero con un sueldo menos en la casa, la pareja ya no podría pagarle por su apoyo.

Una oportunidad en medio de la adversidad

Con el triste panorama frente a ellos, un día Miriam y Jessica decidieron cocinar 60 pastelitos de piña, que sin saberlo, se convertirían en el inicio de su gran proyecto.

Jessica recorrió el Reparto por Abajo y las colonias aledañas tocando cada puerta hasta vender el delicioso producto, llevándose la sorpresa de que a los clientes les encantó.

Motivadas por el éxito de ese primer día siguieron elaborándolos y posteriormente, decidieron aliarse con Brayan y Alberto, quienes fusionaron sus conocimientos de repostería con el emprendedurismo de las admirables mujeres y ahora elaboran exquisitos y vistosos pasteles que venden a través de la modalidad de entrega a domicilio.

'De la situación que nos puso esta pandemia ahí surgió todo esto, no podíamos quedarnos de brazos cruzados esperando que las cosas cayeran del cielo', recordó Miriam en entrevista con EL HERALDO.

Otra pieza fundamental para el funcionamiento del negocio es Emilson Carbajal (28), esposo de Miriam, quien aunque fue el único que conservó su empleo dentro de una institución financiera, apoyó desde el primer momento a la familia, tanto moral como económicamente, pues desde muy joven se destacó por buscar opciones para emprender.

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'Hemos hecho varios emprendimientos y han sido fallidos, tal vez llevamos unos ocho negocios que han fracasado. Antes de la pandemia vendimos palomitas, soyas, dulces, burritas...tantas cosas que hemos intentado que ha sido un desgaste y hemos terminado fracasando', recordó el hondureño.

Sin embargo, para Emilson la vida se trata de esfuerzo constante. Por eso cuando sale de trabajar o durante sus días libres, el joven licenciado en mercadotecnia realiza las compras de la materia prima y hace una a una las entregas de sus productos en diferentes zonas de la capital y sus alrededores, sin siquiera cobrar por el envío, como hacen otros negocios que trabajan bajo el mecanismo de 'delivery'.

Además, se ha dado a la tarea de buscar personas que puedan vender sus productos en sus respectivos negocios, y de esa manera también apoyan indirectamente a otras familias hondureñas.

Aprendiendo y creciendo sobre la marcha

Eso que comenzó como un simple intento de vender su repostería entre los vecinos y amigos se ha convertido en el sueño hecho realidad para esta familia trabajadora.

Al mirar en retrospectiva, los jóvenes aseguran que no pueden creer cómo a finales de marzo se encontraban preocupados ante la dificultad económica que significaba perder sus fuentes de ingreso, ahora, cinco meses después, son felices echando a volar su imaginación en cada diseño y viendo la sonrisa de satisfacción en el rostro de cada cliente complacido.

Para llegar hasta este punto cada miembro del equipo ha tenido que reinventarse y adaptarse. Emilson recuerda que al principio había ocasiones en las que él y su esposa se desvelaban hasta las 3:00 de la mañana horneando, ya que todo lo realizaban en la estufa de su hogar, la cual no tenía la suficiente capacidad, ahora tras muchos esfuerzos y sacrificios pudieron comprar un horno industrial que les ayuda a acelerar el proceso.

Miriam por su parte, se ha convertido en una pastelera empírica, pues aprendiendo junto a Brayan -el repostero estrella- ahora es toda una decoradora.

Recientemente un amigo cercano también se ha sumado al proyecto, comprando una batidora que les ha permitido ampliar la variedad en sus creaciones.

Como todo negocio que emerge con la mirada puesta hacia el éxito, la pareja de esposos que encabeza el grupo decidió crear su logo y el nombre de su empresa, los cuales están inspirados en su mayor motivación: Danna, su pequeña de tres años.

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Y aunque queda mucho por recorrer y muchos retos por superar, los emprendedores sueñan con poder consolidarse como una empresa que cuente con un local y más empleados, eventualmente.

Por eso, al saber en carne propia lo que cuesta arriesgarse y al ser -como ellos bien lo dicen- 'resultado de la pandemia', afirman que 'por más veces que uno caiga debe levantarse y aprovechar la oportunidad, aunque fracase mil veces siempre va a encontrar una razón por la que se pueda luchar'.

Si usted desea adquirir pasteles y postres para esa celebración especial, o simplemente para quitarse un antojo, puede buscarlos en Facebook como Danna's Bakery o comunicarse con ellos a los teléfonos: 9711-2071 y 9767-3997.

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