TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A sus 20 años ha desafiado en reiteradas ocasiones el peligro para rescatar personas que estaban a punto de fallecer.
Se trata de José Mario Alemán Gómez, a quien le apasiona servir al Benemérito Cuerpo de Bomberos de Honduras.
Originario del Distrito Central, de la colonia El Pedregal, es bombero voluntario desde sus 13 años de edad porque le gusta ayudar, por lo que sacó un curso especial de tres meses para ser parte de la institución. No obstante, fue criado en el barrio La Libertad, Santa Bárbara, por su familia materna.
Él arriesgó su vida para rescatar a dos menores de edad y demás miembros de tres familias en Santa Bárbara que fueron evacuados de sus viviendas que colapsaron a causa de las fuertes lluvias que dejó el fenómeno natural Eta.
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Las fotografías de él que trascendieron la semana pasada en las redes sociales y medios de comunicación dieron a conocer al héroe anónimo. EL HERALDO conversó con el joven, quien actualmente está sirviendo de forma voluntaria en la estación de Bomberos de Santa Bárbara, es decir, no recibe un sueldo para cubrir sus necesidades básicas.
En 2017 regresó a la capital para ingresar a estudiar en la Escuela Nacional de Bomberos, donde estudió el Bachillerato Profesional Bomberil y se graduó a finales de 2019 para servir de forma profesional. Al graduarse él aspiraba a obtener una plaza en la noble institución, pero por el inicio de la pandemia de covid-19 no tuvo la oportunidad.
Por esa razón regresó a Santa Bárbara para ayudar a su madre, consiguió un empleo a medio tiempo en una abarrotería y a la vez servía de bombero voluntario.
“Estos siete años en el Cuerpo de Bomberos han sido la mejor parte de mi vida, ya que a mí me gusta mucho ayudar a las personas”, expresó Alemán.
Rescate por Eta
En medio del azote de las lluvias provocadas por la tormenta Eta, Alemán ha estado dedicado a tiempo completo ayudando a rescatar y evacuar personas en zonas vulnerables. Contó que para llegar a las casas donde estaban las familias atrapadas tuvieron que cruzar dos ríos, lo cual se les complicó por la fuerte corriente.
“Cuando habíamos sacado a las personas de la casa hacia la isla fue cuando empezó a llover y sabíamos que nos teníamos que apurar porque el nivel del río iba a crecer, iba a haber más dificultad”, relató. Ellos accedieron a la zona mediante cuerdas y un arnés para poder rescatar a las personas atrapadas.
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“Cuando iba a llevar a la primera niña, de unos siete años, le dije ‘abráceme fuerte’ y ella se aferró a mí, la agarré con todas mis fuerzas, es una vida más que está a cargo de nosotros, lo más rápido posible me halaron hacia atrás”, recordó el bombero.
Sintió que en un momento el agua los estaba arrastrando pero lograron salir al otro lado del río. Luego regresó por un niño de dos años, no le quedaba ningún chaleco salvavidas, lo que hacía más complejo y riesgoso el rescate, el niño estaba huraño y hacía fuerzas para que no lo cargara. “Tuve que agarrarlo con los dos brazos, lo abracé lo más fuerte posible y el niños gracias a Dios salió bien, aunque hubo un poco de turbulencia en el agua del río”, aseguró. Seguidamente rescataron a los adultos y ancianos que estaban en peligro. Este rescate ocurrió el jueves pasado en el río Cececapa del departamento occidental, la corriente estaba muy fuerte. En el agua había pedazos de paredes, portones metálicos, cables, entre otros escombros de casas destruidas por el agua, lo que hacía más peligroso el rescate de esas tres familias del barrio El Junquillo.
Necesidades
Alemán reconoció que están escasos de equipos de rescate en la estación. “Nos hacen falta poleas, frenos, equipos de rescate de cuerda, cascos, equipos para rescate casi no hay, lo que incrementa más el riesgo de sufrir lesiones”, comentó. En esa misión José Mario andaba con sus tenis, los cuales perdió en el río, ya que no los dotaron de zapatos especiales para rescate. El bombero solicitó apoyo en cuanto a equipos y más recursos humanos, ya que cuando surgen tragedias como la de Eta no se dan abasto para cubrirlas todas y salvar vidas.
Asimismo, no pierde la esperanza de que surja la oportunidad de tener una plaza en el Cuerpo de Bomberos de Honduras, ya que es su pasión. “El Cuerpo de Bomberos de Honduras es una institución honorable a la cual me gusta pertenecer, siempre estaré presente en lo que se pueda para servir”, afirmó Alemán.
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