Entre los 1,000 participantes -de 40,000 personas que recibieron la primer dosis del inmunizante ruso de Sputnik V en mayo pasado- EL HERALDO se encontró con el caso de Ligia Elizabeth Ordóñez quien a sus 88 años aceptó sin reparos ser incluida en dicha investigación.
La hondureña llegó a las instalaciones del edificio 1847 de la máxima casa de estudios en compañía de su hijo que, esperanzado, dio a conocer su aprobación para la combinación vacunal a expensas de no saber a ciencia cierta si se contará o no con el componente B de la Sputnik V en el país.
Ante la interrogante del porqué de su decisión de participar en el ensayo, respondió: 'uno, para contribuir y dos porque no se ve una posibilidad real de tener una segunda dosis y esta es una oportunidad de hacerlo en un ambiente controlado'.
'Ya ha habido varios estudios en otros países en donde ha dado un buen resultado y esperamos que sea lo mismo', agregó.
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Proceso
Según se conoció, uno de los primeros pasos a seguir por las personas objeto de estudio es realizarse un análisis de sangre que harán los expertos de la UNAH. Posteriormente, se les aplicará como segunda dosis una vacuna de Pfizer o Moderna.La dinámica consistirá en un 'control virtual' en los días subsiguientes a la inmunización a través de contacto telefónico durante y después de los 15 y 20 días de inoculación.
Sin embargo, para poder ser incluidos en el ensayo, la población debe firmar antes un acuerdo de consentimiento donde se detallan los términos y particularidades del estudio en cuestión.
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