Los hondureños pudieron apreciar anoche en algunas partes del país la luminosidad de la luna llena (superluna) que tuvo su mayor acercamiento con la Tierra.
Pese al interés de millares de capitalinos por ver la belleza del satélite, la naturaleza no fue tan benigna con esta zona central por la nubosidad que desde tempranas horas cubría el cielo nocturno.
Sin embargo, en algunas partes del interior los pobladores pudieron disfrutar del acercamiento lunar que, según científicos, generó una visión óptica de un 14 por ciento más grande que lo normal y un 30 por ciento de brillantez.
El mayor acercamiento de la luna a la tierra solo se produce cada 18 años. La próxima superluna será en el año 2028, de acuerdo con los expertos.
En realidad, el aumento del tamaño de la luna apreciado anoche no fue más que un efecto visual porque el único satélite de nuestro planeta conserva el mismo tamaño.
La Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) oportunamente alertó a la ciudadanía para que no se alarmara por el fenómeno que con claridad y brillantez se apreció en varios países del mundo, especialmente de Europa. El 19 de marzo de 2011, día del padre en Honduras, se produjo la penúltima superluna, que estuvo a una distancia de 356,577 kilómetros de la Tierra, lo mismo que anoche.
La superluna o luna llena produce los más variados comentarios y mitos en el mundo, especialmente entre la población de baja escolaridad.
Entre la cultura popular el fenómeno se asocia a desastres naturales, como terremotos, volcanes y tormentas tropicales.
Pero nada de esto ha ocurrido. El terremoto y tsunami de Japón surgió después de la aparición del fenómeno lunar.
Lo que sí provoca, dicen los científicos, son ciertas alteraciones en el nivel del mar en algunas regiones del mundo, produciendo mareas altas.
En muchas partes del mundo la población salió a las calles a apreciar la brillantez lunar apoyada de telescopios.
Lluvia de meteoros
En todo caso, la intensa luz de esta luna llena impedirá ver con claridad otro fenómeno astronómico interesante: la lluvia de meteoros Eta Aquáridas, procedente del material de la cola del cometa Halley, que alcanzará esta noche su pico máximo, con una tasa de 60 meteoros por hora y a una velocidad de 66 kilómetros por segundo.