Las diferencias a lo interno de la Policía Nacional han tomado un nuevo rumbo con la divulgación de videos en los que se manipula información para afectar la imagen del director Juan Carlos Bonilla.
Estos videos, que han sido subidos a Internet, muestran episodios de la crisis política de 2009 en Honduras y en los que aparecen como protagonistas miembros de las Fuerzas Armadas y el actual director de la Policía Nacional.
La Policía Nacional se encuentra una vez más en el ojo del huracán, luego de que el joven Óscar Roberto Ramírez Umaña (17) fuera asesinado el domingo 17 de febrero,
junto a los dos elementos “Cobras” que lo custodiaban.
El exdirector de la Policía, Ricardo Ramírez del Cid, denunció que el crimen de su hijo fue inducido por las autoridades, específicamente por la Policía y las Fuerzas Armadas.
Además, señaló como principal sospechoso a Juan Carlos Bonilla,
ya que minutos antes del hecho pasó por el restaurante y al momento del hecho estaba a unos metros, en la gasolinera Esso América.
Según Ramírez del Cid, el testigo e implicado que recibe asistencia médica en el hospital Escuela, confesó que las armas para atentar contra su hijo las proporcionó un mayor del ejército de apellido Sánchez.
En el video subido a Internet se pretende vincular al “Tigre” Bonilla con un supuesto plan para asesinar a Manuel Zelaya Rosales.
Sin embargo, EL HERALDO detectó que toda la información que se suministra fue manipulada.
Para el caso, se informa que esa reunión entre militares y Bonilla, en un centro de operaciones no determinado, se realizó en el 2008.
Aunque no se mencionan nombres de los objetivos, se presume que Bonilla y los militares definen la captura de Zelaya en el momento que decidiera ingresar al país procedente de Nicaragua, por el puesto fronterizo de Las Manos. En la reunión estratégica, Bonilla indica los avances de los grupos policiales y establece que deben avanzar de forma diagonal. Asimismo, reconsideran cómo procederán ante la existencia de turbas.
En ese video, grabado presuntamente en el 2009, Bonilla aparece con dos soles (subcomisionado). Hoy en día, tiene cinco soles (general director), es decir, obtuvo tres soles en un período de cuatro años.
Los militares preguntan sobre cómo ejecutar la captura si el objetivo viene al frente.
Los militares que dirigen la reunión estratégica responden que “será más fácil para nosotros la captura”.
“Si él viene al frente es más fácil”, remarca Bonilla.
Los militares aducen que el objetivo vendrá al frente y por tanto no habrá turbas adelante. Sin embargo, otros discrepan que vendrá en medio de la manifestación porque todos están sabidos que hay una orden de captura.
En esa reunión planifican el bloqueo de los vehículos en los que llegue el objetivo y neutralizar los blancos. Asimismo establecen la participación de los “Cobras” y de los agentes de la DNIC. Advierten que, durante la operación, no van a dejar “a nadie atrás, ni así caiga uno muerto, no se queda nadie atrás”. Se escucha a Bonilla remarcar “la gorra que sea hay que recogerla”.
Advierten que las turbas pueden “‘deshuasar’ a un compañero nuestro”.
Luego, en el confuso intercambio de opiniones se escucha reiterar “atrás no se queda nadie, si hay que tumbarlo hay que tumbarlo
pero atrás no queda nadie”.
“La cosa es que atrás no se va a quedar nadie, no dejamos vendido a nadie, ahí todos entramos, todos salimos, así traigamos cuatro en el lomo pero todos salimos”, concluye el oficial.