Tegucigalpa, Honduras
El pasado 5 de julio de 2015, Rosa Elena Díaz, de 36 años, perdió al hombre con el que quería compartir su vida, don Ernesto Urrutia Gómez, sin embargo, la tragedia provocada por un accidente vial se lo arrebató.
Jamás imaginó que ocho meses después ella correría la misma suerte.
Se trata de la fallecida socorrista que laboraba para la empresa Concesionaria Vial de Honduras (Covi-Honduras) y que, al igual que su esposo, fue embestida por un microbús cuando prestaba asistencia a dos personas que habían sufrido un accidente de tránsito.
Obdulio Díaz Díaz, padre de la fallecida, explicó que Rosa Elena laboró por muchos años en la Cruz Roja Hondureña, pero cuando murió el esposo, los ejecutivos de Covi determinaron darle el empleo a ella ante el fallecimiento de su compañero de hogar.
“Nunca me imaginé que mi hija iba a morir de esa manera. Ella se dedicaba a dar ayuda a las personas que se accidentaban en la carretera del norte”, relató el acongojado padre de 80 años de edad.
Comentó que la fallecida residía en el barrio El Chile y era madre de una niña de 12 años y un varón de seis años.
Recuerdo
“Ella era muy amable y todo el tiempo andaba sonriente. Era la hija número cuatro, pues mi familia es muy numerosa”, aseguró don Obdulio Díaz.
“Era una persona que tenía vocación para ayudar a los demás y por eso trabajaba en la ambulancia de la empresa en la que laboraba”, detalló.
Los restos mortales de Rosa Elena fueron velados en la colonia Nueva Era y en horas de la tarde de este día se llevará a cabo su sepelio