La prostitución es conocida como la profesión más antigua del mundo y tiene como definición esencial cobrar por servicios sexuales, pero ¿existen clientes a los que se les pague por usar estos servicios? Aparentemente sí.
Un hombre conocido como 'John' fue contratado como investigador privado para que se haga pasar como cliente de las prostitutas en Nueva Gales del Sur (Australia).
Según informa RT, este individuo ha sido definido como un “catador de prostíbulos”, y su labor consiste en utilizar los servicios sexuales en el marco de investigaciones para detectar trabajo sexual ilegal.
Las autoridades justifican esta insólita contratación, explicando que les es imposible entrar a los burdeles que funcionan ilegalmente sin una orden judicial que los autorice.
El investigador cuya identidad es protegida, tiene 60 años y está divorciado. Esa es toda la información que se conoce de él dado que la actividad que realiza requiere de total anonimato.
Dentro de sus funciones, según se explica a News.com, está realizar informes detallados de los lugares que visita e incluso aportar contenido gráfico que es clave para poder aplicar la ley que regula a estos lugares.
Respecto de si le ha revelado a alguien su ocupación, John explica que se lo ha contado a un par de personas, “pero no es el tipo de cosas que tu cuentas en un bar cuando alguien te pregunta a qué te dedicas”. Agrega que no lo divulga porque “es un poco increíble que esté envuelto en este tipo de trabajo”.
Pero, ¿cómo realiza su trabajo? John explica que recoge la mayor cantidad de evidencias al contratar los servicios sexuales, y lo mejor de todo es que al finalizar su trabajo ¡recibe dinero!
