Hablar del perdón es un tanto complicado debido a que por mucho que una persona sepa o reconozca que necesita perdonar, pese a que es una acción liberadora no siempre resulta sencillo de concretar en nuestra vida, de hecho es más fácil decirlo que realmente poder realizarlo.
“Perdonar es un proceso de tomar conciencia que mantenerse atado al pasado y a las conductas de las personas (que en su momento fueron un agravio para nosotros) nos causa más daño a nosotros mismos que a los demás”, apunta Judith García, psicóloga del Teléfono de la Esperanza.
Aunque el perdón es un proceso, una decisión personal y un acto de inteligencia emocional, si la persona tiene un verdadero arrepentimiento y una disposición a reparar el daño causado es posible superar cualquier tipo de barrera. Sin embargo, “en las relaciones de pareja se dan algunos comportamientos como infidelidad, violencia o abusos que dejan una huella y cicatriz muy profunda en la relación, lo que podría requerir de ayuda profesional para que les brinde pistas de cómo recuperar la confianza y dejar ir el dolor”, advierte García.}
¿Perdonar es olvidar?
Es mejor decir “perdonar es integrar”, porque podemos aprender a integrar el dolor sufrido por el actuar de nuestros padres, hijos, pareja, amigos, etc. Podemos aprender a dejar ir el dolor, y hasta se puede aprender a confiar de nuevo en las personas. “La huella está ahí, es como una herida que poco a poco se irá sanando, curando y cicatrizando”, agrega la experta.
Para poder ejercer el proceso del perdón es importante contar con mucha paciencia ya que pueden haber heridas tan profundas que requerirán de un proceso lento de recuperación emocional. No podemos exigir ser perdonados, porque cuando existe un daño emocional es posible que nuestra pareja se vea muy afectada. La paciencia y el amor serán determinantes para continuar la relación.
Evaluar la relación
Dentro de una ruptura emocional es normal transitar una serie de etapas como el dolor, la desilusión, la rabia por lo perdido o por las conductas de la pareja. Enojo, culpa, vergüenza, en fin, no es fácil transitar por un proceso de separación y dependerán los motivos que causaron la activación del sentimiento negativo.
Se debe comprender que en una relación hay dos personas y si se da una ruptura es importante que ambas partes valoren su responsabilidad en el conflicto.
En las relaciones de pareja se debe mantener un balance y tomar en cuenta que una acción lleva a la otra, culpar a nuestra pareja por los errores cometidos no solamente daña la relación y causa resentimiento, sino también los aísla poco a poco hasta que uno de los dos opta por romper con la relación. Siempre se debe mantener una comunicación constante y fluida para que puedan hablar de los problemas que tienen, pero tampoco remarques solamente lo malo, es bueno que ambos puedan conocer sus emociones y que digan tanto lo que les gusta como lo que no.
Si es posible una reconciliación
Hay parejas que pese a las dificultades y heridas son capaces de reconstruirse y continuar el proyecto juntos, pero para lograrlo es importante reflexionar si como pareja son capaces de brindarse: respeto mutuo, confianza, capacidad de arrepentimiento y cambio; honestidad, paciencia y apoyo, ya que no es fácil reconstruir la relación después de un daño. La madurez emocional será clave para poder superar esos obstáculos.
Si la relación cuenta con estos pilares se podría decir que existen indicadores de una relación con posibilidades de cambio y crecimiento. No se debe perder el interés por el bienestar del otro, ni una comunicación sana en la pareja.
LA EXPERTA
“El no perdonar, es una carga que llevamos con nosotros a todos lados y que nos corroe por dentro. Muchas veces el perdonar no nos es fácil, pero si se hace se obtienen muchos beneficios.
Judith García
Psicóloga
Teléfono de la
Esperanza
Tels: 2558-0808 /255780-11