TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Si en la calle tenemos temibles pandillas, en política ya las poseemos, igual o peor de peligrosas, a diferencia de que visten caros atuendos y crucifijos.
omo era de esperarse, en plena pandemia, amolados por otro río de problemas y corrupción, los políticos de un bando y de otro —soñados de purificados— están tramando una segunda vuelta electoral, según su cuento, para alejar dudas de fraudes. No obstante, claro está, con su cacareada segunda vuelta y, sin pudor, le seguirán dando vuelta a todo.
En la tétrica escena de varias décadas, saltan, además, unos cronistas —incluidas damas— tirados de pulcros, armas letales del sistema podrido, sujetado por fuertes políticos y forrados con vidrio. Galanes —algunos jóvenes y otros cincuentones— heredaron cargos de abolengo para domar los tres poderes del Estado y, al gritado “cuarto poder” donde afilan a sus onerosos esclavos, pero “el tarifado soy yo”.
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Cruz
La “clase política” sabe de sus líos con el bajo mundo y de sus saqueos por debajo de la mesa, según lo rubrica su credencial, por eso recurre a mil formas para reformar lo que ya no cuadra a sus intereses. Si en la calle tenemos temibles pandillas, en política ya las poseemos, igual o peor de peligrosas, a diferencia de que visten caros atuendos y crucifijos.
Así nos han llevado, en medio de una sarta de mentiras. Militares y policías afines a su lotería los sirven y los protegen para que la tajada atore a cada uno de acuerdo al tamaño y a su gañote. Al final de cuentas, el garrotazo ya está fríamente calculado, quiénes lo aguantarán el día de las “elecciones” en un centro de cómputo que siempre computa el peso del cliente.
Que la segunda vuelta “servirá” para “alejar dudas de fraudes” es como idear que un burro será mamá, cuando los que maman, aquellos amigos de las triquiñuelas, de lo fácil, al verse malmirados y sucios usan a sus queridas burras para blindarse en su corral, unos con otros(as), sin forasteros. Hacen ver lo malo cabal y no ajustado a sus caprichos, pero “el bandido soy yo”.
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Tufo
Desde eras de los “chafas” vemos todo tipo de violaciones. Sus reporteras serviles y viperinas son testigo mudo. Pasaron el mando a civiles y nomás calentó aparejo Roberto Suazo Córdova (Rosuco) ya quería volarse la Constitución. Lo sucedió José Azcona del Hoyo que, con una “opción B”, sacada del colador por diestros políticos, tumbó a Rafael Leonardo Callejas Romero.
El extinto “biónico” esperó a Carlos Flores a quien aplastó, exilió y lo mandó a segunda vuelta donde le dieron vuelta a doña Nora.
“Yo soy el Presidente”, dice aquél. Así se reparten la torta los Callejas, los Reina, los Moncada, los Flores y la “turcada” que pisa quedito a sus estorbos. De nada sirve una, dos y hasta veinte vueltas si a todo le dan vuelta. Se chupan la ENEE, el SANAA, Hondutel, Invest-H y “el ladrón soy yo” con una sociedad olvidadiza e injusta.
Ahí andan unos(as) normalistas tirados de pulcros con la paja de meter la segunda vuelta y un tonto muy vivo nos quiso abusar con su cuarta besada por periodistas que hoy, vistos de “mártires” y “fieles” chupan del sistema fétido que juraban odiar. Si un apagón le da vuelta a todo, no den tantas vueltas para robarse el país. ¡Ah, y le ponen llantas, mar de bandidos!