TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El alocado tráfico de Tegucigalpa casi nos desbarata la entrevista. El poeta está atascado en la Kennedy, y lo que se recorre en diez minutos hoy toma casi una hora. Las motocicletas zumban como zancudos...
Pero nos puede más el deseo de platicar de “El equilibrio de las mariposas”, el libro de poemas (cuarentaiún en total), que presentará este jueves a las 6:30 de la noche en el Salón Cultural de Distrito Artemisa, la nueva torre ubicada a pocos pasos de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
En una mano, Denis Castillo trae un bote con agua. En la otra, su poemario. Lo carga como si se tratará de un bebé: con amor, con ternura...
“Comencé a escribir desde los diecisiete años, pero es hasta ahora, a los cuarenta, que publico mi prime libro. Cuando lo tuve en mis manos sentí una alegría que no me esperaba...”, confiesa. “Estoy muy contento”.
En su mayoría, son poemas de amor. Al menos los que pude leer como un adelanto del gran día.
También hay erotismo, desencantos, vivencias —detalla Denis—. Un resumen de más de dos décadas de creación.
¿Por qué, por qué?
Tengo una curiosidad —le digo a Denis—. Los poemas Tu luz, Terrestre, Alternativa de una mujer, Lunamar, Sin ti, Entre la vida y nosotros y Ella (versión rock), ¿están dedicados a alguien en especial?
Sonríe. Con una mezcla de picardía y malicia. Y luego deja caer una confesión que por poco hace retumbar a Distrito Artemisa: “Me encantan las mujeres, adoro sus ojos, pero nunca he tenido una relación que dure más allá de año y medio”.
Dije una curiosidad. En realidad son dos. La segunda: ¿Por qué publica hasta ahora? Esta es la respuesta de Denis:
“Hubo muchos motivos... No hay una explicación concreta. Pero Armando Maldonado (editor de “El equilibrio de las mariposas”), me metió presión, se puso necio, en el buen sentido de la palabra y me motivó”.
“Ajá, ¿sos escritor y no publicás?”, le decía Armando a Denis, en medio de sorbos de cerveza.
La primera vez que hablamos con Denis sobre un libro, ya como compendio propio de sus textos, fue hace un par de años y tuvimos varios momentos de necedad y negociación al momento de tocar los poemas —recuerda Armando.
Y agrega: “’El equilibrio de las mariposas’ es un libro que proviene del oficio de la paciencia y de la relectura de los poemas. El texto ha mutado desde su concepción primigenia, pero ha mantenido su espíritu y es lo importante en este proceso: que la voz del poeta no se pierda durante estas faenas de edición”.
Allí están la voz de Denis, la ternura, la esperanza, el amor, la intensidad de sus versos... Y aquí extractos de algunos de sus poemas, como una probadita de lo que será la presentación de su libro:
TU LUZ
Emerges de la sombra.
Bañas de oscuridad el silencio.
LA SOLEDAD DEL VERSO
Hiciste el amor con mis versos
y los dejaste a su suerte
como si la tuvieran.
RUIDO ROSA
Te marchaste en tacones
Dejando en cada paso sonidos en mi conciencia.
Si vuelves, si es que vuelves,
Ven descalza
LUNAMAR
Vuelvo a ver tus ojos
y el niño sonríe y salta de nuevo,
está más alegre que antes,
porque al ver tus ojos
ha podido ver la luna
y se ha puesto a soñar
con que son el mar.
Abogado de profesión y soltero por decisión, Denis hace un repaso de sus grandes influencias poéticas: “Roberto Sosa... Don Roberto Sosa —corrige—, José Adán Castelar, Rigoberto Paredes... Y otros más jóvenes, como Fabricio Estrada, Néstor Ulloa, un crack, Dennis Ávila...”.
Un nuevo libro siempre es una buena noticia. Y si, además, está escrito con belleza, solo nos queda abrir las alas, y con “El equilibrio de las mariposas”, volar, volar, volar...