COMAYAGÜELA, HONDURAS.- Como si se tratara del cuerpo de un animal, un hombre desmembró a su pareja sentimental en 11 pedazos, en un acto de total brutalidad humana.
Los propietarios de un taller especializado en electricidad automotriz llegaron alrededor de las 9:00 de la mañana para abrir el local, como todos los días, en la colonia Torocagua de Comayagüela, en el bulevar del Norte.
Al llegar, tocaron el portón, pero les extrañó que quien cuidaba el taller no abría la puerta de acceso. Volvieron a tocar y de repente salió el hombre con un machete en la mano, diciéndoles que no les iba a abrir.
Los dueños del negocio llamaron a la Policía Nacional para que sometieran al enardecido hombre y que se lo llevaran detenido. Varios agentes policiales se hicieron presentes, acatando el llamado ciudadano. Lograron entrar al taller y detener al hombre que se negaba a que sus jefes entraran.
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Escondido en un barril
Tras someterlo a la impotencia, realizaron una breve inspección para ver si es que pasaba algo más dentro del taller automotriz. Al entrar al baño observaron manchas de sangre y una especie de grasa mezclada en el agua del baño.
Pero lo más sorprendente estaba por descubrirse. A un lado, en un barril plástico, estaba un cuerpo humano cortado en once partes y el machete que utilizaron para matarla. Se trataba de una mujer corpulenta y de tez blanca, detallaron los detectives.
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Macabra confesión
“Manifestó que él fue el que cometió el hecho, no lo negó”, informó el clase III, Pablo López, encargado del operativo de captura.
El detenido y presunto autor material del crimen fue identificado como Cleofás Castejón Bardales, de 28 años de edad, quien habría intentado botar el cadáver en partes por el conducto de aguas negras del taller automotriz.
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Entre tanto, la víctima es Frania Ondina Mondragón (32), originaria de Choluteca y residente en la colonia José Ángel Ulloa, de Comayagüela. Era madre de dos hijas, de 14 y 16 años de edad, respectivamente.
El joven es uno de los técnicos en electricidad automotriz de dicho taller, reconocido por los clientes como un hombre tranquilo y muy buen trabajador.
Los vecinos del taller adujeron no haber escuchado ningún ruido en la madrugada, pero sí que ambos fueron vistos la noche del domingo en un negocio de golosinas contiguo al taller.