Tegucigalpa, Honduras
“No te quiero matar”, “no te quiero matar”, fue la advertencia que supuestamente le dijo Julio César Reyes Torres a Ángela Marina Lobo Gómez, la estudiante de arquitectura que fue asesinada el pasado 5 de agosto.
Según el requerimiento fiscal, al que tuvo acceso EL HERALDO, eran las 7:30 de la mañana del 5 de agosto cuando la estudiante de arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) caminaba hacia el punto de taxis de la colonia Modesto Rodas Alvarado cuando fue interceptada por el sospechoso.
En la acusación se establece que cuando el sujeto intentó arrebatarle sus pertenencias, ella comenzó a forcejear con él para arrebatarle la pistola. “No te quiero matar”, le habría dicho Reyes a la joven, que se negaba a entregar sus pertenencias.
En determinado momento Ángela le dijo al presunto delincuente, “mi papá viene atrás”, lo que causó temor al sospechoso, quien dejó de forcejear, pero antes de huir le advirtió “Andate perra, me las vas a pagar”.
El sujeto salió corriendo, mientras que la estudiante aligeró el paso para abordar el taxi y llegar a su trabajo.
El día del crimen, el 15 de agosto, el sospechoso, a bordo de una motocicleta, esperaba a Ángela y al verla se le acercó y le disparó en la cabeza. La joven fue trasladada al Hospital Escuela Universitario donde falleció.
El día en que Reyes fue capturado, las autoridades recibieron una llamada de un testigo que lo identificó como la persona que intentó asaltar a la estudiante.
Los archivos policiales indican que Reyes tiene varias fichas delictivas: por amenazas a muerte, robo, portación ilegal de armas, asociación ilícita, uso indebido de nombre, uniformes e insignias de uso policial.
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