TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Los resultados de la autopsia realizada a los aspirantes de la Academia Nacional de la Policía Nacional (ANAPO) descartaron que los muchachos hallan fallecido por el consumo de alimentos contaminados.
“La autopsia descarta que hayan fallecido por el consumo de alimentos contaminados”, declaró una fuente ligada a las investigaciones encabezadas por la Fiscalía.
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Esta conclusión desbarata la tesis de las autoridades de que los jóvenes Jairo Josué Martínez, Ronald Javier Coello y Kevin Mejía, fallecieron porque consumieron pescado y ensaladas en mal estado el pasado 11 de septiembre.
“Pudo haber existido una contaminación en los alimentos”, dijo la subsecretaria de Seguridad, Julissa Villanueva.
Días atrás, la autopsia también había descartado que los muchachos habían fallecido por el consumo de bebidas energizantes.
Otro de los resultados relevantes de la autopsia es que a las víctimas les detectaron severos daños pulmonares.
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“Los pulmones los tenían dañados. Se están realizando una serie de pruebas para determinar qué sustancia fue la que respiraron, y sumado a ello el excesivo ejercicio”, dijo la fuente.
Un oficio de la Dirección General de Medicina Forense señala que las autopsias de las dos primeras víctimas -Jairo Josué Martínez y Ronald Javier Coello- ya fueron concluidas y remitidas a la Fiscalía Especial de Delitos contra la Vida para ser analizadas y determinar la existencia o no de un ilícito penal.
Mientras que en las próximas horas enviará a la Fiscalía los resultados de la tercera víctima, que corresponden a Kevin Mejía.
Por este mismo caso hay más de una decena de jóvenes que participaron en el mortal entrenamiento que están bajo observación médica. La muerte de los tres aspirantes a oficiales de la ANAPO mantiene consternada la sociedad hondureña, que exige justicia.
Demanda internacional
El martes 20 de septiembre el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) informó que denunciará los hechos ocurridos en la Anapo ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Blanca Izaguirre, titular del Conadeh, señaló que “todos los actos violatorios de los derechos humanos que se cometan desde la institucionalidad y, sobre todo, de la institución de seguridad pública del país, van a incurrir en responsabilidad”.
Misterio rodea el caso
Todo ocurrió el domingo 11 de septiembre, cuando más de 500 jóvenes egresados de diferentes carreras universitarias se presentaron a la ANAPO tras cumplir con un proceso de selección para convertirse en policías auxiliares luego de una formación de cuatro meses.
Pero ese mismo día a eso de las 3:45 de la tarde, decenas de jóvenes fueron ingresados a centros asistenciales del departamento de La Paz y de Comayagua con cuadros convulsivos y desmayos.
Inicialmente se creyó que se trataba de una intoxicación con gas lacrimógeno, pero este extremo fue descartado por las autoridades; por otro lado se presumió que los afectados pudieron haber consumido bebidas energizantes, algo que los familiares también negaron.
También se dijo que pudo haber sido una intoxicación con alimentos y la doctora Julissa Villanueva, viceministra de Seguridad, dijo tras visitar a los afectados que “la mayoría tienen algunas afecciones en común asociadas a un síndrome rabdomiólisis, pero todos están en condiciones estables”, mencionó la funcionaria.
En un comunicado, la Secretaría de Seguridad dijo que todo sucedió luego de que los jóvenes comenzaran a correr en la pista de usos múltiples y se desvanecieron.
Ese mismo domingo se reportó el deceso de Jairo Josué Martínez, quien egresó como licenciado en informática y quien se desempeñaba en la Dirección de Telemática de la Secretaría de Seguridad, pero que según se conoció, soñaba con seguir creciendo en la institución y por eso se enlistó para convertirse en sub inspector.
El lunes 12 la tragedia también le arrancó la vida a Ronal Javier Coello Coello, de 34 años y de profesión abogado. Y el lunes 19 falleció el médico cirujano Kevin Mejía.
