Sucesos

Autores intelectuales contrataron a reos y estos a mareros de la 18

Fueron sus amigos policías los que hicieron las primeras investigaciones. El primer objetivo era secuestrar al joven. Orden para mareros llegó de la Penitenciaría Nacional.

21.02.2013

El exdirector de la Policía Nacional, Ricardo Ramírez del Cid, pidió al ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, y al director Juan Carlos Bonilla, que tengan la caballerosidad de poner su renuncia ante el presidente Porfirio Lobo Sosa, ya que ambos saben que no han hecho bien su trabajo ni están comprometidos con la seguridad de Honduras.

Ramírez del Cid, a quien le asesinaron su hijo Óscar Roberto (17) el pasado domingo durante un atentado en un negocio de comidas ubicado en la colonia Altos de Toncontín, rompió el silencio.

El comisionado general dejó entrever, durante la entrevista concedida a Radio América, que las instituciones de seguridad son las que deben responder por el crimen de su hijo y de sus dos guardaespaldas, ambos miembros del Escuadrón Cobra.

Y es que en el ataque, además de Óscar Roberto, murieron los dos elementos policiales que lo resguardaban: Abrahan Gúnera y Carlos Armando Lira Turcios.

Ramírez no anduvo con rodeos para afirmar, varias veces, que este fue un crimen “inducido” por las instituciones de seguridad del Estado.

“Inmediatamente tuve conocimiento del hecho, muchas personas, amigas, que tienen conocimiento del trabajo policial, (les pedí ayuda) para saber qué había detrás de este hecho”, dijo.

Según el comisionado general, estas primeras horas fueron vitales para conocer quiénes estaban detrás de la muerte de su hijo.

Tanto él como su esposa se trasladaron al hospital Escuela, donde aún pudieron verlo unos segundos con vida.

Ahí mismo se percataron de la vigilancia que ejercían miembros de la pandilla a quienes se les encargó el crimen.

Por eso, reveló que sus amigos policías fueron quienes detectaron que en el hospital también había una persona involucrada en el hecho y que perdió la vida.

Esta persona, de nombre Elvin Antonio Palma, de 40 años, llegó con 10 disparos.

Este fue indicio suficiente para determinar que los policías “cobras asignados al joven Óscar Roberto repelieron el ataque y, por tanto, podía haber más heridos.

Ramírez destacó que quienes estaban en estas labores de inteligencia eran sus amigos policías, mientras la Policía Nacional “brillaba por su ausencia”.

Además, se logró determinar que en el hospital había otras personas heridas vinculadas al crimen.

Dos sospechosos heridos

EL HERALDO reveló que en el principal centro asistencial hay dos heridos, quienes son atendidos bajo fuertes medidas de seguridad en el cuarto piso.

Ramírez reveló que, en efecto, uno de los sospechosos es un joven de 17 años (su nombre se mantiene en anonimato), quien pertenece a la clica 7 de la colonia Monterrey.

El segundo detenido, de acuerdo a lo investigado por EL HERALDO, es Dayer Figueroa, de 22 años.

En los primeros minutos después del hecho, Ramírez dijo que existía la hipótesis de un incidente casual o circunstancial.

“Pero tenía que comprobar qué había detrás... Tenía que saber (de dónde provenía el acto criminal) para proteger a mis demás hijos, ya que pueden intentar hacerles daño”, indicó.

FF AA y Policía implicadas

Al consultarle quiénes serían los autores intelectuales del crimen, Ramírez dijo:

“Lo más duro es que desde las instituciones de seguridad es que me han hecho este daño, desde las dos instituciones, tanto Fuerzas Armadas como Policía Nacional, me han hecho este gran daño”.

Lo esperé desde la criminalidad, dijo, pero nunca esperé “que desde adentro se me hiciera este daño, esto me ha dolido tanto y me ha traído tanta confusión, yo sé que está en manos de la autoridad fiscal, no tienen que dejarse confundir, yo sé todo, sé todo, le prometí a mi esposa, junto al cadáver de mi hijo, que yo no iba a mancharme las manos, yo iba a dejar esto en manos de la justicia terrenal y si la justicia terrenal no hace justicia, de la justicia divina, no van a tener perdón”.

Primer objetivo: el secuestro

Ramírez insistió en que los fiscales no deben dejarse sorprender, esto en una clara alusión a que la Policía podría dar como ciertas otras hipótesis que están muy alejadas de la realidad.

Para el caso, otro medio de comunicación escrito de la capital informó que el móvil era un asalto que fue planificado en una colonia de Comayagüela.

Ramírez consideró esta hipótesis como absurda.

“Yo sé que la intención no era el asalto, para ir a hacer el asalto no van a ir 15 o más personas a hacer el asalto; de boca de testigos sé todo, sé que la intención era llevárselo, era secuestrarlo”.

Esta acción no pudo consumarse por la acción valiente de los policías Gúnera y Lira, quienes eran policías de su absoluta confianza, que estuvieron dispuestos a defender con su vida la de su hijo Óscar Roberto.

“Son los que han estado conmigo, son parte de la familia, han estado conmigo”.

Dijo desconocer cuál era el objetivo de secuestrarlo, es decir, si había un fin económico o provocar dolor.

Fue desde la PN

Al consultarle si el crimen fue planificado desde la Penitenciaría Nacional, dijo que él “no trabaja con hipótesis, trabajo con realidades”.

En ese sentido, afirmó que salió a la palestra hasta tener la certeza de que los autores materiales del hecho fueron pandilleros de la mara 18, quienes fueron contactados por reos de la Penitenciaría Nacional. Ahora resta saber quiénes fueron las personas o autoridades que contactaron a los reos.

EL HERALDO informó este día, en exclusiva, que al menos tres reos fueron los contratados para perpetrar el hecho.

“Quiero que se haga justicia, no por venganza, sino para que se llegue a los autores intelectuales, que yo sé quiénes son”, indicó.

Según Ramírez del Cid, él tiene suficiente información de los autores materiales e intelectuales del hecho. “Yo sé quiénes son, yo lo sé”, insistió.

“Cuando se habla de la PN todas las instrucciones salen de la PN, eso lo sabemos, yo lo sé, pero no es porque los mareros quisieran hacerle daño a él (a su hijo), es porque son inducidos por autoridades”.