La obra civil está concluida. En pocos meses el Centro de Ciencias Forenses (CCF) estará listo para desarrollar en una sola estructura física las actividades que le corresponden a la Dirección de Medicina Forense, conforme a la Ley del Ministerio Público y al Código Procesal Penal.
Además de la administración de Medicina Forense, el edificio albergará los laboratorios y departamentos que por razones de espacio han tenido que funcionar por mucho tiempo en diferentes puntos de la capital, como el barrio Guacerique y en Santa Ana, cerca del hospital Materno Infantil.
Los departamentos de Administración, Docencia, Evaluación Clínica, así como los laboratorios de ADN, Toxicología, Criminalística, Histopatología, Biología y Balística son, entre otros, los que estarán concentrados en las modernas instalaciones ubicadas en la colonia Quezada.
Además, aquí estará la morgue donde ingresan los cadáveres de personas que mueren violentamente y por causas indeterminadas que requieren de un estudio forense.
La construcción del inmueble inició en diciembre de 2008 en un área de 6,000 metros cuadrados con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un costo de 4.3 millones de dólares.
La Dirección de Medicina Forense tiene en la actualidad 392 trabajadores solo en el centro, sur y oriente, que corresponden a la capital. Entre este personal están incluidos los médicos forenses locales y regionales, laboratoristas, receptores, directores y administrativos, entre otros.
El ingeniero Waldo Ramírez, ingeniero supervisor de la obra del Ministerio Público, confirmó que el edificio está terminado, excepto la sala de autopsias que, a raíz de los últimos acontecimientos violentos, se determinó ampliar.
Agregó que falta el equipamiento como los aires acondicionados, los elevadores y el mobiliario, entre otros.
Explicó que de los 6,000 metros cuadrados, apenas 400 son ocupados por la morgue, mientras que el resto es para la administración, laboratorios de investigación forense y clínicas de atención al público.
Con la apertura de este nuevo edificio, los problemas de falta de espacio, principalmente, para la morgue capitalina serán cosa del pasado, ya que funcionó en varios lugares, entre estos el barrio La Hoya, cerca de la antigua Penitenciaría Central.
En los últimos años estuvo en tres puntos diferentes en cercanías de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), donde aún se encuentra.
Moderno edificio
Ramírez explicó que el moderno Centro de Ciencias Forenses (CCF) consta de cuatro niveles. En el tercer nivel el acceso al público será limitado, únicamente permanecerán los empleados.
En esta planta funcionarán los laboratorios y consta de salas para documentos, reportes de médicos, Centro de Cómputo, Microscopía, Balística, Marcas y Patrón, Laboratorios Químicos, cuarto frío para almacenar muestras y Toxicología. También, el laboratorio de ADN y almacenes herbarios, entre otros.
Ya en el segundo nivel se permitirá el acceso de personas que por algún motivo tienen que llegar a realizar alguna prueba.
En el mismo funcionarán la Enfermería, Evaluación Médica Psiquiátrica, Trabajo Social, Evaluación Médica Odontológica, Laboratorio de Histopatología y Biología. Aquí existirá una cámara de Gesell, que es un espacio de trabajo para el estudio de diferentes procesos de interacción.
Es en esta área donde se atenderá a personas que son víctimas de maltrato físico y psicológico y casos de abuso sexual, entre otros.
Así mismo consta de una sala de espera, bibliotecas y espacios exclusivos para los empleados. Mientras tanto, el primer nivel será el área administrativa, que constará de un sistema de seguridad con detector de metales.
En el mismo estará la Receptoría de Evidencias, clínicas, la Dirección de Medicina Forense, la oficina del asistente de la Dirección, salas de reuniones, archivos, dormitorios para el descanso de los médicos forenses y de sus asistentes, principalmente, en los turnos de la noche.
Aquí estará Patología Forense, lo que se conoce como morgue, que consta de dos cuartos fríos con capacidad para 30 cadáveres cada uno, los que estarán colocados en estantes.
En este nivel también está el espacio de la sala de autopsias y el portón de ingreso de los carros de levantamientos.
Aquí estará la sala de espera para los dolientes que llegan a reclamar los restos mortales, un sitio que tendrá las condiciones adecuadas, con un espacio para que puedan orar o rezar, según comentó el ingeniero Ramírez.
En el sótano será el estacionamiento, el peritaje de vehículos, laboratorio de balística y las instalaciones de servicios generales (bodegas).
Aún no se tiene una fecha precisa de entrega del inmueble, pero se espera que a finales de mes se pueda realizar el lanzamiento de la licitación para adquirir el equipo y el mobiliario, lo que requiere de un período de tiempo.
Al consultarle para cuándo podría estar listo el edificio para ser ocupado, el profesional contestó que “para este año debería estar listo”.