Nueva York. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, denunció con suma dureza ayer ante la Asamblea General de la ONU el caso de espionaje de Estados Unidos, calificándolo de “quiebre del derecho internacional”, y pidió un control multilateral del uso de Internet.
En un encendido discurso en el plenario de líderes mundiales, Rousseff -que suspendió una visita de Estado a Washington prevista para el 23 de octubre por esta cuestión- instó a la ONU a “reglamentar como corresponde la conducta de los Estados en cuanto a la utilización de estas tecnologías”.
“Semejante injerencia es un quebrantamiento del derecho internacional y una afrenta a los principios de las relaciones entre los países, especialmente si son amigos”, dijo Rousseff al referirse a las revelaciones de espionaje de Estados Unidos filtradas por el exconsultor de inteligencia Edward Snowden.
Rousseff advirtió que el “ciberespacio no puede ser utilizado o manipulado como arma de guerra a través del espionaje, sabotaje y no puede convertirse en un nuevo campo de batalla entre Estados”.
Por ello, anunció que su país buscará “establecer un marco civil multilateral para la gobernanza y utilización de Internet y protección eficaz de los datos que viajan a través de Internet”.
Evidencia
Documentos filtrados por Snowden y publicados en la prensa indican que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) espió comunicaciones de Rousseff y la petrolera estatal Petrobras, que tiene gigantes yacimientos descubiertos en aguas brasileñas.
La Presidenta recordó que las recientes revelaciones generaron enojo y repudio en la opinión pública del mundo entero. “En Brasil la situación fue aún más grave: Brasil fue blanco de esa intrusión, incluso la oficina de la presidenta de la República fue objeto de intercepciones”, señaló.
Tras afirmar que la soberanía de un país nunca pueda basarse en detrimento del derecho de otro país, la mandataria sostuvo que “este caso requiere una respuesta de la comunidad internacional”.
Tal como lo marca la tradición, Rousseff fue la primera mandataria en dirigirse al plenario luego de los discursos del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el presidente de la Asamblea General, John Ashe (Antigua y Barbuda). El presidente estadounidense, Barack Obama, fue el segundo orador en la lista luego de Rousseff, lo cual agregó condimento a la jornada de ayer en la ONU; aunque se refirió al caso de manera muy general.
“Hemos comenzado a revisar el modo en que obtenemos información de inteligencia para tener un equilibrio correcto entre las legítimas preocupaciones de seguridad de nuestros ciudadanos y aliados y las preocupaciones privadas que comparte todo el mundo”, dijo Obama, sin apartarse de lo ya dicho por Washington.
Sobre Siria
Obama pidió a los países miembros de Naciones Unidas que adopten una enérgica resolución sobre Siria, cuyo aliado, Rusia, busca negociar la entrega de las armas químicas de Damasco. En su discurso en Nueva York, Obama exigió una resolución sólida del Consejo de Seguridad para verificar que el régimen de Bashar al Asad respeta sus compromisos y destruye su arsenal de armas químicas, tal como acordó con Rusia.
“Si no podemos acordar siquiera eso, demostraremos que la ONU es incapaz de hacer respetar la más básica de las leyes internacionales”, afirmó.
“EUA está preparado para usar todos los elementos en nuestro poder, incluyendo la fuerza militar” para asegurar sus intereses en la región, advirtió, dejando la puerta abierta a una intervención en Siria, adonde la guerra civil ha provocado 110,000 muertos en 30 meses.
Obama criticó a los que dudan de la responsabilidad de Damasco en los ataques con armas químicas del 21 de agosto, que según Washington causó unas 1,400 muertes y estuvo a punto de llevar a una intervención militar estadounidense. Rusia admitió ayer que una resolución del Consejo de Seguridad sobre Siria puede “mencionar” el Capítulo VII de la Carta de la ONU, que permite duras sanciones o el uso de la fuerza, pero que ello no implicará el recurso automático a la fuerza.
Aparición de Rohani
El presidente iraní, Hasan Rohani, explicó ayer que no se había reunido con Barack Obama porque no hubo “suficiente tiempo” para organizar ese encuentro.
Según Rohani, “EUA se mostró interesado en tal encuentro y en principio podía haber tenido lugar en determinadas circunstancias. Pero creo que no tuvimos el tiempo suficiente como para coordinar la reunión”. Rohani destacó, sin embargo, que el hielo comenzaba “a romperse” entre Washington y Teherán “porque el ambiente cambia por la voluntad del pueblo iraní de instaurar nuevas relaciones”.
Las recientes declaraciones de altos funcionarios de ambos países dejaron entrever la posibilidad de un encuentro importante entre Obama y Rohani, pero finalmente no se produjo. AFP/Efe